Las Sagradas Escrituras registran una cantidad de veces que nuestra adoración debe ser hecha directamente a Dios. Nada ni nadie debe estar por en medio de nuestra devoción al Señor. El segundo mandamiento encontrado en Éxodo 20:4, 5 indica lo siguiente: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás…” Esta porción bíblica fue escrita por el dedo de Dios mismo. En Deuteronomio 4: 15-19 encontramos a Moisés repitiendo el mandamiento a los hijos de Israel de manera que nadie tuviera dudas sobre lo que Dios había ordenado. Allí se declara: “Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, figura de animal alguno, figura de ave…figura de pez alguno. No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas.” Todo el Antiguo Testamento está lleno de duras amonestaciones de parte de Dios hacia Su pueblo Israel para que se apartara de la adoración de imágenes de cualquier tipo. Falsos dioses como Dagón, Marduk, Asera, Baal, Astarté eran adorados por los paganos de las naciones vecinas a Israel, y en más de una ocasión ellos cayeron en el pecado de adorar imágenes. Por esto Dios les envió sus castigos. De hecho, mientras Dios le daba la ley a Moisés en el monte Sinaí, los israelitas estaban al pie del monte adorando un becerro de oro. Práctica que habían aprendido en Egipto donde se adoraba a Osiris, Horus y Ra.
Alguno afirman que si queremos cumplir el segundo mandamiento literalmente entonces no deberíamos tener fotografías de ningún tipo, ni usar fondos de pantallas en nuestro móviles y cosas similares, pero nada más alejado de la verdad. El mandamiento expresa claramente: No te inclinaras, ni las honraras. Tener una foto de un ser querido en la cartera no implica ninguna violación del mandato de Dios, ahora bien, tener una cruz en un rincón de la casa y encenderle velones y postrarse delante de ella, si. La razón por la que Dios prohibió el uso de imágenes en la adoración es porque El sabe que el ser humano tiende a quitar su vista de su Creador fácilmente y colocarla sobre la imagen o lo que es igual, el ídolo. Si bien es cierto que Dios ordenó a Moisés que hiciera dos querubines de oro y los pusiera sobre la tapa del arca del pacto, Éxodo 25:18 (como se excusan algunos para decir que Dios también mandó a hacer imágenes) no es menos cierto que estos querubines en ningún momento fueron adorados, honrados, ni venerados. Sin embargo, el pueblo de Israel llegó en un momento dado a confiar en el arca del pacto como si fuera un artefacto mágico o milagroso y Dios les hizo ver que su postura era incorrecta. En el primer libro del profeta Samuel el capitulo 4 leemos:
“Y los filisteos presentaron la batalla a Israel; y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos…Los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová? Traigamos el arca del pacto de Jehová, para que nos salve de la mano de nuestros enemigos. Y trajeron el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines. Cuando el arca del pacto llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Ha venido Dios al campamento…. Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Y el arca de Dios fue tomada.” Versos 1-11.
Es claro que el poder que querían los salvara no estaba en el arca, sino en la presencia de Dios. Esto demuestra cuán fácilmente nuestra precepción puede cambiar de la presencia de Dios al objeto. El arca debía estar en el templo y solo los sacerdotes tenían acceso a ella. Cuando el templo fue edificado el arca fue colocada en el Lugar Santísimo y solo el Sumo Sacerdote podía verla una vez al año. La adoración a Dios no se sustentaba en la veneración al arca. En otra ocasión Dios los castigó en el desierto por sus murmuraciones enviando serpientes venenosas, pero ordenó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera sobre un asta para que todo aquel que fuere mordido mirara y viviera. Con tan solo mirar la serpiente de bronce el veneno mortal no tendría efecto. Sin embargo, cuando Israel llegó a Canaán y se estableció, una vez más perdieron de vista el hecho de que la serpiente de bronce no tenía nada de milagroso y comenzaron a rendirle culto. En 2 Reyes 18:1-4 leemos:
«En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel.»
Dios en más de una oportunidad quiso hacerle ver a Su pueblo que su adoración debía ser hecha directamente a El sin intermediarios y también quiso mostrarles lo ilógico que resulta adorar cualquier ídolo. Isaías 44: 13-19 declara:
“El carpintero tiende la regla, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón hermoso para tenerlo en casa. Parte del leño quema en el fuego; con parte de él prepara un asado, después se calienta, y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi Dios eres tú. No tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?
En Isaías 46:5-7 Dios mismo dice a Su pueblo: “¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes? Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran. Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.”
El salmista también escribió: ¿Por qué han de decir las gentes: Dónde está ahora su Dios? Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres.Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven;Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.” Salmo 115:2-8.
La enseñanza en todo el Antiguo Testamento es unánime en cuanto a la adoración de imágenes. Si pasamos al Nuevo encontraremos que a la iglesia fundada por Cristo le fue dada la misma ordenanza.
“Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: Que se aparten de las contaminaciones de los ídolos,de fornicación, de ahogado y de sangre.” Hechos 15:19, 20, 28
“Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.” 1 Corintios 12:2
“¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:Habitaré y andaré entre ellos,Y seré su Dios,Y ellos serán mi pueblo.” 2 Corintios 6:16
“Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero.” 1 Tesalonicenses 1:9
Jesus dijo a la mujer samaritana: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Resulta evidente en el Nuevo Testamento también que nuestra adoración es única y exclusiva de Dios nuestro creador sin necesidad de que algo este por el medio. Entonces, si la biblia es tan clara referente a la adoración de imágenes, ¿Cómo es que la gran mayoría del mundo cristiano adora imágenes? ¿Por qué muchas iglesias están llenas de imágenes por doquier? ¿Por qué las personas se arrodillan frente a cuadros y estatuas?
Según la tradición, los primeros cristianos que eran perseguidos en el imperio romano utilizaron la imagen de un pez para identificarse entre ellos clandestinamente. El Ichtus, como se conoce, son dos arcos que se interceptan entre sí y dan la apariencia de un pez. Hoy es muy común ver este símbolo en la parte trasera de muchos carros de cristianos. El nombre viene del griego ΙΧΘΥΣ que significa pez, pero que a su vez era un acrónimo que significa: IēsoûsCHristósTHeoû hYiósSōtér; «Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador.» Sea esto cierto o no, la adoración de imágenes en la cristiandad no viene del uso de la imagen del pez, sino en la unificación del paganismo con el cristianismo.
En el siglo primero el imperio romano se estaba desquebrajando y el emperador Constantino supuestamente se convirtió al cristianismo. En el 313 firmó el Edicto de Milán donde legalizaba el cristianismo como religión oficial del imperio. El sabía que no todos los paganos renunciarían a su religión, y por esto procedió a la cristianización del paganismo. En el 325 convocó el Concilio de Nicea para promover la unión de ambas religiones. De allí, la adoración de imágenes paganas fue” bautizada” con imágenes cristianas. El culto a la diosa madre egipcia Isis fue sustituido por el culto a María y el niño Jesús. Un portal católico en línea cita:
“Éste es el motivo por el que el Concilio de Nicea reunido en el año 325 afirmó lo siguiente: “Siguiendo la enseñanza divinamente inspirada de nuestros santos Padres y la tradición de la Iglesia católica (pues reconocemos ser del Espíritu Santo que habita en ella), definimos con toda exactitud y cuidado que las venerables y santas imágenes, como también la imagen de la preciosa y vivificante cruz, tanto las pintadas como las de mosaico u otra materia conveniente, se expongan en las santas iglesias de Dios, en los vasos sagrados y ornamentos, en las paredes y en cuadros, en las casas y en los caminos: tanto las imágenes de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, como las de nuestra Señora inmaculada, la santa Madre de Dios, de los santos ángeles y de todos los santos y justos”
Es decir, las imágenes “venerables” de Jesucristo, María y “todos los santos” se colocan en las iglesias de Roma siguiendo la aprobación de un concilio; Al cual no asistieron Pedro, Pablo ni Juan. La decisión que se tomó fue en base a lo que los “santos padres de la iglesia romana” enseñaron. Quienes enseñaron por “inspiración divina.” También la tradición católica fue usada como base para tal decisión. Es bueno aclarar que la inspiración divina nunca contradice lo que ya ha dicho anteriormente. Esto es lo más asombroso de la biblia que alrededor de cuarenta hombres escribieron Las Sagradas Escrituras en un periodo de aproximadamente mil quinientos años en lugares distintos, países distintos, culturas distintas, idiomas distintos y ninguno contradijo lo que escribió el otro. La unidad en la doctrina bíblica es asombrosa. Y como vimos al principio la biblia rechaza categóricamente la adoración de imágenes. Entonces, ¿Es correcto sustituir lo que dice la palabra de Dios por las enseñanzas de los hombres? ¿Tiene la tradición más autoridad que la palabra de Dios? En una ocasión los escribas y fariseos preguntaron a Jesús: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? El les respondió:
“Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre,invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. Marcos 7:9-13
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Mateo 15:7-9
Como este mandato de Dios encontrado en el segundo mandamiento de Su ley es ignorado voluntariamente por la iglesia de Roma, ellos optaron por eliminarlo por completo del catecismo (aunque la biblia católica todavía lo contiene). Ellos argumentan que la razón para eliminarlo es que lo que este precepto declara ya está implícito en el primer mandamiento que dice “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” Pero es bueno preguntarnos, si Dios puso estos dos mandamientos aparte, ¿Por qué debemos quitar uno nosotros alegando que Dios dijo lo mismo dos veces? ¿Podemos nosotros corregir lo que Dios ha dicho? Al eliminar el segundo mandamiento de los diez, entonces la ley de Dios quedó solo con nueve mandamientos y para cubrir el bache, dividieron el último en dos. “No codiciaras la casa de tu prójimo, no codiciaras la mujer de tu prójimo.” Además que eliminaron también el mandamiento número cuatro que manda a guardar el sábado. Aquí están los diez mandamientos según el catecismo, compáralos con tu biblia en Éxodo 20:3-17.
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.
Puesto que la adoración de imágenes está tan claramente prohibida en la biblia, la iglesia romana afirma que ellos no adoran imágenes sino que solo las veneran o le rinden culto, lo cual aunque dicho sutilmente, al final es lo mismo que adorarlas. Tomás de Aquino explica en su Summa Teológica:
El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que es imagen. (Summa theologiae, II-II, 81, 3, ad 3.)
O sea que las imágenes de María, Jesús o “los santos” son solo un medio para la adoración pero ellas no son adoradas en sí mismas. Al principio vimos que Dios prohibió el uso de imágenes como medio en la adoración porque perdemos el enfoque de El y lo ponemos en la estatua, cuadro, o figura. Ahora bien, Si buscamos el significado de la palabra venerar, que es lo que ellos dicen hacer, esto es lo que encontramos:
-Sentir y demostrar gran amor y respeto a una cosa o a una persona por su virtud, dignidad, méritos o santidad. Rendir culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas. Venerar etimológicamente significa «rendir culto.»-
¿Qué significado tiene la expresión rendir culto? Esto es lo que podemos encontrar en línea:
-El que se tributa a la Virgen. culto de latría. 1. m. Rel. El que se tributa a Dios. ~ externo. 1. m. Rel. El que consiste en demostraciones exteriores, como sacrificios, procesiones, cantos sagrados, adoraciones, súplicas, ofrendas y dones.-.
- Conjunto de ritos y ceremonias litúrgicas con que se tributa homenaje.
- Honor que se tributa religiosamente a lo que se considera divino o sagrado.
- Admiración afectuosa de que son objeto algunas cosas. Por ejemplo: Rendir culto a la belleza.
Las imágenes que se utilizan en las iglesias romanas se consideran sagradas por lo tanto se les rinde culto y se les hace homenaje ya sea en procesiones o persignándose frente a ellas. Venerar una imagen de María o Jesús es creer que esta imagen tiene algún merito de santidad y demostrar gran amor y respeto hacia ella; Quizás encendiéndole velas o postrándose frente a ellas para rezar. Lo que al fin y al cabo es adoración.
Es bueno aclarar que el segundo mandamiento ni siquiera menciona la palabra adoración. El texto escrito por Dios dice: No te harás imagen…no te inclinaras…ni las honraras. Es claro entonces que rendir culto o venerar imágenes de María, Jesús o “los santos” viola claramente el segundo mandamiento de la ley de Dios. Según la doctrina romana los santos son aquellos que están en el cielo a los cuales hay que pedirles favores a través de sus estatuas y estos pueden ir desde Pedro el discípulo de Jesús hasta el fallecido papa Juan Pablo II. Otro portal católico dice:
“No es que los santos puedan responder directamente las oraciones, sino que ellos oran a Jesús, quien a su vez ora a Dios el Padre, quien responde la oración».
Nada más apartado de la verdad. La biblia muestra que debemos orar a Dios Padre directamente en el nombre de Jesús. Juan 14:13. Mateo 6:9-13. Porque solo hay un mediador entre Dios y nosotros, Jesucristo. Nadie más. María tampoco está en el cielo intercediendo por nosotros 1 Timoteo 2:5. En la Biblia los «santos» eran personas que aún vivían. Pablo escribía a sus hermanos así: A los santos que están en Éfeso.Efesios 1:1.
La palabra «santo» fue usada consistentemente en plural para referirse a grupos de cristianos comunes. Efesios 1:18; 5:3; Romanos 1:7; Hechos 9:13, 32. Nosotros hoy somos llamados a ser santos también. Las Sagradas Escrituras no justifican la veneración a ningún santo. Entonces, ¿Que podemos decir? ¿Por qué tantas personas adoran imágenes? Porque no conocen la verdad. Han sido adoctrinadas en las enseñanzas de los hombres y no en la palabra de Dios. Pero Dios pasa por alto las cosas que hacemos mal cuando las hacemos por ignorancia y desconocimiento. En hechos 17:18-30 encontramos este episodio en la vida del apóstol Pablo:
“Y algunos filósofos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús. Y tomándole, le trajeron al Areópago. Entonces Pablo, puesto en pie dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas… No debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.”
Sin lugar a dudas el segundo mandamiento es uno de los que tienen más fuerza en Las Escrituras. Si hasta el día de hoy querido lector has estado adorando a Dios de una forma incorrecta, Dios quiere revelarte su verdad en este día. El quiere que aceptes esta verdad en tu vida. Jesús dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32. El apóstol pablo nos aconseja: “ Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.» Romanos 12:1, 2. La verdadera adoración es más que postrarse frente a una imagen o encenderle velas, consiste en entregarle toda nuestra vida a Dios y permitirle que el cambie nuestros pensamientos y nos haga semejantes a él en carácter.
Fotos tomadas de: blogs.universal.org
http://infocatolica.com/blog/sarmientos.php/1004231158-ipor-que-es-el-pez-un-simbolo
http://www.gotquestions.org/Espanol/origen-Iglesia-Catolica.html
http://es.catholic.net/op/articulos/3382/cat/13/por-que-los-catolicos-fabrican-imagenes.html
http://www.es.catholic.net/op/articulos/5422/cat/13/la-adoracion-a-maria.html
http://www.corazones.org/apologetica/imagenes.htm
https://www.aciprensa.com/Catecismo/diezmandam.htm