El Cristiano y las Joyas

Mucho se ha escrito sobre el uso de joyas dentro de la cristiandad. Hay cientos de artículos a favor y en contra. En nuestro caso particular entendemos que el uso de prendas no es apropiado para el pueblo de Dios. Si analizamos la biblia nos daremos cuenta que Dios no expresó muchas cosas directamente de una forma que no quedaran dudas, sino que la voluntad Divina quedó expresada en la historia de Su pueblo a través de todas Las Escrituras. Cuando hay tópicos como este en que no hay un versículo que nos diga directamente que debemos hacer, es triste, pero tendemos a irnos por el lado más cómodo o fácil. Primero analicemos algunos versículos que se usan para sustentar la idea que el uso de prendas por los cristianos no está prohibido en la biblia.

Cuando Abraham mandó a su siervo a buscar una esposa para Isaac su hijo, él le dio muchos regalos para su futura nuera, entre ellos vemos que habían prendas. Génesis 24:22,47 dicen:

“Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez…Entonces le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos.”

En Génesis 41:42 vemos como Faraón distinguió a José luego que él interpretara sus sueños.

“Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello.”

Cuando los hijos de Israel salieron de la esclavitud egipcia Dios les dio la siguiente orden encontrada en Éxodo 3:21, 22:

“Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías; sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.”

Mas adelante encontramos qué hicieron los israelitas con todo ese botín que recogieron de los egipcios la noche de su liberación:

“Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición.” Éxodo 32:2,4

“Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras. Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Jehová.” Éxodo 35:20-22

En el libro de Cantar de los Cantares Salomón alaba a su mujer diciéndole:

“Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, Tu cuello entre los collares. Zarcillos de oro te haremos, Tachonados de plata” Capitulo 1, versos 10 y 11.

En el libro de Ezequiel encontramos como Dios describe su trato con Su pueblo Israel. Ezequiel 16:1-14 declara lo siguiente:

“Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén…Tu origen es de la tierra de Canaán; el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni fuiste envuelta con fajas… sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida… Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y te dije: ¡Vive!… Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.”

Finalmente leamos en Daniel 5:29 donde dice como el rey de Babilonia exaltó a Daniel luego que él interpretara la escritura en la pared:

“Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino.”

Todos estos textos y muchos otros similares son utilizados como base para que los hijos de Dios en el tiempo actual usen joyas y prendas en la iglesia y fuera de ella. El razonamiento es que claramente podemos ver como el pueblo de Dios en la antigüedad hacia uso de joyas de oro y plata sin ningún tipo de prohibición. Si bien es cierto que los textos citados no mencionan ninguna prohibición para el uso de joyas en la antigüedad, no es menos cierto que estos pasajes tampoco promueven su uso, sino que solo registran lo que pasó en determinados momentos en que las prendas estaban presentes entre el pueblo.

Pensemos un momento. En el caso de Abraham, este patriarca había salido del paganismo por llamado de Dios y al parecer, como era su costumbre, envió joyas para Rebeca, futura esposa de su hijo. Si esto representa un permiso para el uso de joyas entonces, nosotros hoy también podemos ponernos pendientes en la nariz así como lo usó Rebeca. En los casos de José y Daniel vemos como reyes quisieron promoverlos a lugares de importancia en el reino colocando sobre ellos joyas costosas. ¿Deberíamos nosotros hacer lo mismo hoy cuando promovemos a alguien en la iglesia a un puesto de relevancia?

Durante el éxodo Dios bien ordenó a Su pueblo que pidiera alhajas de oro y plata de los egipcios, pero con un propósito –para que no salieran con las manos vacías.- ¿Cuales eran las divisas utilizadas en aquel momento? Oro, plata, piedras preciosas y cosas similares. Es claro que Dios quería que Israel tuviera algo de valor en su salida de Egipto. Si el uso de joyas por los israelitas en el desierto representa un permiso divino para nosotros hoy, entonces también los hombres podemos usar aretes porque Aarón pidió que todos, hombres y mujeres, se quitaran los zarcillos de las orejas. El hecho de que ellos hayan hecho esto o aquello en el pasado no significa necesariamente que Dios estuviera de acuerdo con su conducta, porque de ser así, nosotros hoy pudiéramos hacer muchas otras cosas más que ellos también hicieron. Ejemplo, Abraham tuvo dos mujeres, Jacob cuatro y Salomón mil, entre esposas y concubinas. ¿Estuvo Dios de acuerdo con eso? ¿Puede un hombre hoy tener más de una mujer?

Es claro que en el relato bíblico de la antigüedad Dios pasó por alto muchas cosas que no estaban de acuerdo a sus principios y permitió que Su pueblo las hiciera por X o Y razón que nosotros hoy no podemos explicar cabalmente, sin embargo al pasar a la nueva dispensación, cuando Cristo vino a este mundo e instituyó Su iglesia, vemos que en áreas donde Dios había permitido cosas sin Su agrado, ahora se delineaban principios claros para que no hubieran dudas al respecto. En el Nuevo Testamento es claro que cada hombre debe tener solo una mujer. 1 Timoteo 3:2. Tito 1:6. Lo mismo sucede con el asunto de las joyas. Los apóstoles Pedro y Pablo escribieron lo siguiente:

“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.” 1 Timoteo 2:9, 10

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.” 1 Pedro 3:3, 4.

Se ha dicho que estos dos versículos realmente no prohíben el uso de joyas para los cristianos porque el enfoque de algunas denominaciones sobre estos textos se basa en el método -texto-prueba- de interpretación bíblica. Es decir, se pasan por alto las implicaciones literarias y socio-culturales del contexto y del pasaje y conduce a la aplicación directa de lo que se dice a la realidad actual del lector. Otra forma de decirlo sería, este método conduce a la creación de una doctrina o dogma a partir de uno o dos pasajes bíblicos, lo cual no es correcto. ¿Cuál era el contexto cultural en que tanto Pablo como Pedro escribieron estos pasajes en sus cartas?

Los mismos términos griegos utilizados por Pablo para referirse al adorno femenino están presentes en el texto  Efesíaca del Jenofonte  de Éfeso (c. siglo II DC)  para describir los adornos utilizados en el culto de Artemisa de Éfeso. Además del hecho que las mujeres eran socialmente reprimidas en la cultura greco-romana y veían en las joyas una oportunidad para la liberación social. Mientras que los hombres buscaban reconocimiento público a través de insignias, las mujeres buscaban en la joyería la realización personal. Plinio el Joven escribió que las mujeres gastaban  más dinero en los pendientes de perlas que otro aspecto personal. Otros autores como Séneca, Dio Crisóstomo, Juvenal y Plutarco también demostraron repudio al adorno femenino de la época ya que se caracterizaba por connotaciones socio-políticas e incluso religiosas. Ciertas leyes romanas prohibían a las mujeres el uso de oro y vestidos floreados por su asociación con la prostitución. La extravagancia en los adornos y el uso de ciertos trajes tenían la connotación de sensualidad. En el texto judío El Testamento de Rubén 5 (c. 200 A.D.), se establece que las mujeres dominadas por el espíritu de la fornicación llevaban el adorno para “engañar las mentes de los hombres.” Debido a todo esto se entiende que en sus declaraciones Pablo se resiste a romper por completo este paradigma social romano. Los eruditos afirman que tanto en el aspecto lingüístico así como también en el pensamiento hebreo estos textos no muestran ninguna prohibición al uso de joyas sino que más bien los apóstoles quisieron enfatizar el hecho de que lo interior es de más valor que lo exterior, pero no por esto debemos descuidar lo exterior.

Se dice que los estándares aceptables de la modestia también varían con el lugar y la generación. Pero si comparamos el trasfondo histórico de los textos de Pablo y Pedro con nuestro mundo actual, no se nota mucha diferencia ¿o sí? Al igual como las mujeres gastaban mucho dinero en joyas entonces, hoy hacen lo mismo. Muchas se vestían para provocar al sexo opuesto al igual que hoy. Así que el asunto puede que tenga que ver más que el solo hecho de colocarse una joya encima. Volvamos a la biblia para ver qué es lo que realmente tiene de malo el uso de joyas. En Ezequiel 28:13-17 leemos como el ángel más exaltado de toda la creación de Dios llegó a ser conocido hoy como el adversario o Diablo:

“En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor.” 

Lucifer, se vio a sí mismo con tanta belleza y rodeado de tantas piedras preciosas que su corazón se corrompió y quiso la gloria que solo le correspondía a Dios. Isaías 14:12-14. Dios no dotó a Lucifer con tanto esplendor como para que se desviara de la justicia sino porque él ocupaba un puesto importante en el cielo. El era un querubín protector, es decir, era uno de los que estaban en la misma presencia de Dios, el rey del universo y esto demandaba que estuviera ataviado de forma tal que reflejara la majestad de aquel a quien representaba. Sin embargo, todos estos adornos dados por Dios solo sirvieron para su exaltación personal. Por esto es que la biblia llama la caída de este ángel el misterio de la iniquidad. ¿Cómo fue que cuando no existía el pecado este querubín dio cabida al mal en su corazón? Y cabe preguntar ¿Si esto pasó en el cielo, no pasa también aquí en la tierra? El profeta Isaías responde:

“Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies; por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas. Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.” Isaías 3:16-24.

Podemos ver que las prendas y las joyas sirven para una cosa en particular, es a saber, la exaltación personal. Estas hacen que quien las posea se sienta más importante, más atractivo o atractiva y hasta de una posición más elevada que los demás. Actualmente la mayoría de las prendas utilizadas son de fantasía puesto que el oro y las piedras preciosas son bastante costosos, pero no por esto dejan de crear en el corazón del portador un sentido de superioridad. Inclusive, mientras más costoso sea el adorno, más arrogante se puede tornar una persona muchas veces. Más de una persona ahorra dinero suficiente para comprar una pieza de joyería costosa o peor aún, usa una tarjeta de crédito para darse un lujo de precio muy alto. Y cabe resaltar que no solo las joyas hacen esto, sino también ciertas marcas de ropa o zapatos pueden darnos la misma sensación. Esto porque somos seres humanos que vivimos en un mundo pecaminoso donde cada uno solo busca la gloria personal. Vivimos en un planeta lleno de egoísmo que el mismo Lucifer ha introducido y es más que fácil y sencillo caer en la misma trampa que el cayó allá en el cielo.

¿Qué decir del anillo de bodas? Realmente no es necesario para sellar un compromiso de amor. Solo se hace porque la cultura moderna así ha querido exigírnoslo. Más de un hombre ha gastado un dineral comprando un anillo de diamantes para complacer a su esposa para luego tener que venderlo en un momento de necesidad.  Llevar un anillo en el dedo no garantiza que los esposos permanecerán fieles a sus parejas. Muchas veces solo sirve para alardear frente a las demás personas el precio de dicho anillo. Y demás está decir que en muchos países andar con joyas representa un riesgo inclusive para la vida, así que estas terminan siendo objetos de museo en las cómodas de las habitaciones matrimoniales. Un escritor afirma:

“El uso del anillo de matrimonio es estrictamente una tradición que surge del paganismo y desde que se introdujo en nuestras iglesias, ha sido bautizado con apariencia de piedad. El Cardenal John Henry Newman observa que el anillo de bodas, junto con otras costumbres paganas fueron infiltradas al Cristianismo influidas en compromiso con la Iglesia. «El uso de templos, y estos dedicados a santos particulares, adornados en ocasiones con ramas de árboles; incienso, lámparas, velas; ofrendas votivas para recuperar la salud; agua bendita; asilos; días santos y estaciones, uso de calendarios, procesiones, bendiciones a los campos; vestimentas sacerdotales, la tonsura, el anillo de matrimonio, la pascua, las imágenes, etc. son de origen pagano y santificados en adopción a la Iglesia.»

John Henry Newman, «An Essay on the Development of Chrístian Doctrine (London: Longmans, Green & Company, 1906), pp. 372, 373.

Dentro del cristianismo no todos piensan igual a nuestra posición. Recordamos el caso de un pastor que predicaba sobre el cristianismo genuino y decía que el uso del anillo de bodas no era necesario para él, sin embargo su esposa que estaba en primera fila tenía el de ella en su dedo. ¿Por qué es esto así? Porque lamentablemente muchas iglesias se han comprometido con la cultura actual y quieren retener a sus miembros en sus templos aunque no tengan un encuentro real con Dios. La gran mayoría de cristianos desconocen la información pertinente a este tema y a muchos otros y por eso no tienen el conocimiento que brilla como luz en lugar oscuro. En las profecías bíblicas se representa a la iglesia con el símbolo de una mujer. Isaías 54:5, 6.  En el libro de la Revelación encontramos la imagen de dos iglesias, la iglesia de Dios y la iglesia de Satanás. Y notemos como están ataviadas la una y la otra:

“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.” Apocalipsis 12:1

 “Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación” Apocalipsis 17:4

La primera esta vestida del sol que representa la justicia de Cristo, mientras que la segunda vestía de rojo y morado y estaba adornada de oro, perlas y piedras preciosas. Tenía también una copa llena de abominaciones.

Debido a que vivimos en una sociedad corrompida como la actual, es de esperarse que la verdadera iglesia de Dios se distinga del resto del mundo y también de las iglesias que se han comprometido con la cultura. Los verdaderos hijos de Dios deben de ser diferentes así como se puede ver el contraste tan claro entre estas dos mujeres de la Revelación. El apóstol Pedro dijo:

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” 1 Pedro 2:9

Si queremos seguir a Dios, debemos entonces indagar un poquito más en Su palabra en aquellos tópicos que al parecer no son tan claros. Ahora sabiendo esto, sería una mala postura creernos mejor que los que usan prendas o joyas. Esa actitud nunca ha sido correcta ni lo será. El que no cojea de una pierna lo hace de la otra, dice un dicho. Así que asumir una actitud de santidad por el hecho de no usar prendas no está bien delante de Dios. Como tampoco lo está justificar su uso porque todo el mundo lo hace. Si en mi iglesia hay personas que usan prendas o joyas eso es algo entre Dios y ellas. Quizás no tienen la información o bien pudiera ser que la tengan pero no quieran renunciar a eso. Dios conoce los corazones y sabe el motivo por el cual cada quien hace lo que hace, así que el juicio es de El no nuestro. Como cristianos que queremos seguir a Cristo debemos mirarlo solo a Él, y permitirle que nos transforme de gloria en gloria al mostrarnos su luz en tópicos como este.