Fechas y Más Fechas

Hay un dicho popular que reza: -No por mucho madrugar amanece más temprano.- De esta frase podemos sacar varias conclusiones importantes. Sin embargo, permite utilizar el razonamiento más obvio que ella conlleva, para presentar un asunto que, más de una vez, ha estado latente en el ambiente cristiano. La idea más clara de dicha frase es que no importa cuánto nos apresuremos haciendo lo que creamos es necesario, porque de todas maneras, las cosas que deben ocurrir, ocurrirán a su debido tiempo. Dicho de otra manera, hay cosas que están más allá de nuestro control, y debemos dejarlas seguir su curso. Podemos pretender apresurar dichas cosas, pero esa capacidad no está a nuestro alcance.

Trayendo esto a nuestro contexto, desde la misma fundación del cristianismo ha habido aquellos que han querido establecer fechas para el acontecimiento más esperando por los seguidores de Cristo. Es a saber, Su segundo advenimiento. Cuanto Cristo venga en gloria para rescatarnos de este mundo de pecado, será sin dudas, el día más feliz de nuestras vidas. En aquel momento, con inmensa alegría y tremendo regocijo podremos decir por fin:

   “He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, y Él nos salvara.” Isaías 25:9

Cristo mismo fue quien dijo que regresaría pronto a buscarnos, y encontrarnos con Él es nuestra mayor aspiración. Sin embargo, de tiempo en tiempo, los cristianos hemos visto como diferentes predicadores y/o grupos religiosos se han dado a la tarea de fijar una fecha específica para tan magno evento. De hecho, la iglesia Adventista del Séptimo Día, a la cual pertenezco, surgió de un movimiento tal. Por allá por los años 1840`s, diferentes personas de diferentes denominaciones cristianas escucharon el mensaje de un gran predicador llamado William Miller. Este hombre descubrió que la estudiar el periodo de tiempo hallado en Daniel 8:14, se podía establecer una fecha literal para la purificación del santuario que se menciona en dicha porción bíblica.  Teniendo la comprensión de que el santuario que se mencionaba era la Tierra, y siguiendo la línea de tiempo que se le presentó al profeta Daniel a partir del versículo 23 del capítulo 9, él llegó a la conclusión de que la segunda venida de Cristo sería en la primavera del 1844. Pasada esa fecha sin que nada ocurriera, revisó sus cálculos y se dio cuenta que había un error. Él había pensado en la primavera de dicho año, pero la biblia indicaba el otoño. Sin embargo, de igual manera pasó el otoño, y Cristo no regresó. De entre los chasqueados en aquella ocasión, se organizó un grupo, el cual en el 1863 llegó a llamarse Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Pero no solo el movimiento originado por William Miller ha colocado fechas para el retorno de Cristo. En Wikipedia encontramos una larga lista de personas que han hecho lo mismo. Muchas de estas personas lo hicieron mucho antes que Miller. Entre ellos podemos citar al papa Silvestre II. Este predijo que Cristo regresaría para el inicio del segundo milenio. No obstante, cuando el 31 de diciembre del año 999 cambió al 1 de enero del año 1000, Cristo no volvió.  De hecho, durante los primeros mil años de la era cristiana fueron muchos los que vaticinaron que el milenio mencionado en Apocalipsis 20:1-7 comenzaría en algún momento cercano a ellos. De igual manera, después de Miller, ha habido muchos otros que han continuado colocando fechas para el retorno de Cristo. José Smith, fundador de los mormones, o la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, estableció una fecha dentro del año 1891. Por su parte, los Testigos de Jehová creen que el año 1914 marcó el inicio de la presencia no visible de Cristo en esta tierra, pero su regreso visible será durante el Armagedón.

Más recientemente, el fallecido Harold Camping, quien fue gerente general de la cadena de radio cristiana Family Radio, publicó un libro en 1994 donde afirmaba que era probable que fuera ese el año cuando nos encontraríamos con Jesús. Personalmente, me gusta escuchar la música cristiana de Family Radio. En más de una ocasión escuché el programa Open Forum, donde el mismo Camping contestaba todo tipo de preguntas bíblicas. En varias transmisiones este aseguró que el retorno de Cristo sería de forma secreta durante el rapto. Según sus cálculos, sacados del pasaje encontrado en 2 Pedro 3:8 (donde dice que para Dios mil años son como un día), él llegó a la conclusión de que Cristo raptaría a la iglesia el 11 de mayo del 2011. Según él, esto sería seguido por el fin del mundo el 11 de octubre del mismo año. Recuerdo que en aquel entonces, en los EE.UU. se colocaron grandes carteles y vallas anunciando el fin del mundo para esa fecha. Todas esas predicciones han pasado. Fecha tras fecha ha sido establecida utilizando las Escrituras, y cada una de ellas ha resultado en chasco. Lo impresionante es que siempre hay personas que creen a aquellos que están predicando tales errores. Ahora mismo, hay otro grupo que está proclamando la venida de Cristo para el año 2031. Pregunto: ¿Cómo puede haber personas tan ingenuas que crean este tipo de mensajes? ¿Acaso no han aprendido nada de todas las predicciones fallidas anteriormente? Para que nosotros nos seamos engañados por este tipo de movimientos que continúan surgiendo aun hoy, solo basta con leer dos pasajes bíblicos, donde las palabras de Cristo no pueden ser más claras y enfáticas:

   “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” Mateo 24:36

   “No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado en su sola potestad…” Hechos 1:7

Jesús también nos exhortó a estar siempre preparados, porque Su venida sería en la hora menos pensada. Mateo 24:44. Además, el apóstol Pedro escribió que el día del Señor vendría como ladrón en la noche, queriendo significar que esto ocurriría en un momento inesperado. 2 Pedro 3:10.

Retomando el pensamiento con el que comencé este articulo, puedo concluir diciendo lo siguiente: No importa cuántas indagaciones se hagan en la biblia tratando de descubrir la fecha exacta para la venida de Cristo. Esta no ocurrirá en las fechas que se fijen siguiendo cálculos de textos bíblicos, no importa que tan precisos puedan ser; sino que el segundo advenimiento de nuestro Salvador solo acontecerá cuando llegue el momento preciso que Dios Padre ha establecido. Ese momento no lo sabe nadie en el cosmos, sino solo Él. Pretender apresurar dicho acontecimiento mediante la colocación de fechas ha probado ser una tarea inútil. Todo lo que Dios ha previsto que debe acontecer antes de dicho evento, acontecerá. Nuestra mejor postura como cristianos debe ser la de vivir vidas santas que le agraden en todo momento. De manera que cuando aquel día tan esperado llegue, podamos ser encontrados por Él como siervos buenos y fieles.

Foto tomada de: magonia.com