En los 80`s, cuando crecía en Santo Domingo, me gustaba ver muñequitos (dibujos animados), en las tardes después del colegio. En aquellos años había diferentes series con historias muy llamativas y cautivantes. Una de ellas era los Thundercats: los felinos cósmicos. Trataba de unos seres humanoides, pero con aspecto y habilidades felinas, quienes, aunque eran originarios de Thundera, un planeta que explotó, vivían en otro mundo llamado Tercer Planeta. Esta serie tuvo mucho éxito porque era una mezcla entre el dibujo animado tradicional americano y el animé japonés. Aunque era una historia para niños, saltaba a la vista, muy obviamente, que la misma estaba bastante cargada de hechicería y magia. El personaje principal, León-O siempre llevaba consigo la espada del augurio, la cual tenía el ojo de thundera, por medio del cual, él podía ver mas allá de lo evidente. El guía espiritual de León-O era Jaga, un thunderiano quien murió durante el viaje al Tercer Planeta, pero que, cada vez que el protagonista necesitaba consejos sabios, aparecía en forma de espíritu. Desde el Cubil Felino, los thundercats luchaban contra unos mutantes que querían apoderarse de la espada del augurio. Estos mutantes trabajaban para un hechicero demoniaco momificado llamado Mumm-Ra, quien vivía dentro de una pirámide. Aunque Mumm-Ra era una momia, el podía transformar su cuerpo en un poderoso guerrero, repitiendo la siguiente frase:
“Antiguos espíritus del mal, transformen este cuerpo decadente, en Mumm-Ra, el inmortal.”
Aunque esta serie no ocultaba para nada su cargado contenido de ocultismo, no era la única que enseñaba practicas ocultistas y magia en aquellos tiempos. Debo confesar que me encantaba un montón ver los Thurdercats. Sin embargo, a través de esta serie de muñequitos, Satanás continuaba sembrando en las mentes de los niños sus diabólicas enseñanzas. La principal mentira de Satanás era la parte más dramática del programa. Cuando Mumm-Ra se trasformaba decía que él era inmortal. La frase en el original ingles era The ever liveth, queriendo decir, el que siempre vive. En algunos capítulos iniciales de la serie, este personaje, al transformarse decía: Mumm-Ra, el que no muere. La idea de un alma que no muere, que siempre vive, o sencillamente que es inmortal fue el primer engaño que Satanás introdujo en este planeta. Allá mismo en el jardín del Edén, cuando este ángel caído poseyó a la serpiente y se presentó a Eva, las palabras que utilizó para convencerla de comerse el fruto prohibido fueron: -No moriréis.- Génesis 3:4. Esto era todo lo contrario a lo que Dios había dicho. Clara y específicamente Dios le advirtió a la primera pareja:
“De todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comiereis, ciertamente morirás.” Génesis 2:16, 17.
Este árbol fue colocado como una prueba de lealtad a Dios por parte de los primeros humanos recién creados. No era una prueba difícil. Sin embargo, lo que llamó la atención de Eva, en las palabras de la serpiente, fue el hecho de que si comía del árbol, ella no moriría, fuera lo que fuera que eso significara. Pero además, la serpiente dijo que al comer del fruto, ella y su esposo serían como Dios conociendo el bien y el mal. El resto es historia. Hoy conocemos el bien y el mal, y sabemos lo triste y doloroso que resulta el conocimiento del mal. Hoy experimentamos sus consecuencias día tras día. Eva quizás pensó que conocer el mal sería una ventaja, pero resultó ser todo lo contrario.
Lo interesante de todo esto es que Satanás en el día de hoy, todavía está propagando su primera mentira en este planeta. Aun hoy, el sigue insistiendo en que creamos que no moriremos. Dicho de otra manera, Satanás se las ha ingeniado para que el ser humano piense que es inmortal. A través de diferentes métodos, o diferentes filosofías, pero en fin, es su misma estrategia. Las series de zombis o “muertos vivos” son muy comunes. Series como The Walking Dead o los muertos andantes son muy intrigantes. En la pantalla grande, películas como The Others o Los Otros, con Nicole Kidman, están cargadas de suspenso, pero al final enseñan lo mismo. En dicha película, los protagonistas se ven molestados por apariciones y fenómenos sobrenaturales de unos supuestos espíritus (los otros), que estaban intranquilos en el más allá. Sin embargo, en el desenlace final de la película, los protagonistas se dan cuenta que, los que ellos pensaban eran los espíritus intranquilos del más allá, realmente son personas vivas que todavía están en el mundo de los vivos. Es decir, los protagonistas eran los muertos, pero como seguían vivos, en otra dimensión quizás, no se habían dado cuenta que estaban muertos.
Así como lo hicieron conmigo cuando estaba pequeño, los niños de hoy, más que nunca, son bombardeados con esta mentira. Películas, aparentemente inocentes, como Casper o Gasparín, el fastasmita amistoso, muestran la misma mentira. Series animadas como Dragon Ball son tan cautivantes que no solo los niños las ven, sino que muchos adultos también se deleitan mirando a Gokú bajar del cielo para continuar peleando en la Tierra. A través de la Nueva Era, Satanás hace creer a las personas más sofisticadas de hoy, que cuando dejamos este mundo no morimos, sino que solo pasamos a formar parte de la energía del cosmos. A los que practican ciertas filosofías orientales él les hace creer que al morir, nuestra alma se reencarna en otra persona o inclusive en algún animal. Hoy hay prácticas que permiten hacer caer a una persona en un trance, y repasar todas sus vidas anteriores. En fin, la mentira de Satanás de que no morimos al morir, valga la redundancia, está arraigada en la sociedad actual.
Lo triste es que en el cristianismo también se ha abrazado el error del enemigo de Dios. La mayoría de nuestras iglesias enseñan que si eres bueno, cuando mueres vas directamente al cielo, pero si eres malo, te vas derechito pal infierno, donde vivirás quemándote eternamente y para siempre. Esta doctrina pasa por alto muchas otras verdades bíblicas, pero la astucia de la serpiente ha hecho que muchos cristianos se aferren a creencias como estas, alejadas de la sana doctrina. (Quizás en otro artículo hablaré sobre el tema del infierno).
La biblia es muy clara al decir que el único que es inmortal es Dios. El único que siempre vive es Dios. El único que no muere es Dios. 1 Timoteo 6:16, 17. Todas las demás criaturas de Su creación son mortales, incluyéndote a ti y a mí. La definición de la palabra mortal es: Ser vivo que, como fin natural de su desarrollo, ha de morir. Y la definición de morir, según el diccionario es: Dejar de estar vivo. Pero, el diablo ha hecho que el ser humano piense que morir solo significa pasar de un plano de existencia a otro, ultimadamente seguir viviendo. El enemigo de Dios se ha encargado de hacerle creer al hombre que realmente es como Dios, que no muere, que puede vivir por siempre con el conocimiento del bien y del mal. Nada más alejado de la verdad bíblica. Aun Adán y Eva, cuando fueron creados, seres perfectos y sin pecado, eran mortales. Su vida dependía enteramente de que Dios les continuara permitiendo comer del árbol de la vida.
“Dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal, ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén…y puso al oriente del huerto del Edén querubines y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.” Génesis 3:22-24.
De acuerdo con la palabra de Dios, el ser humano es mortal, tiene un alma mortal. La biblia dice con toda claridad:
“El alma que pecare, esa morirá.” Ezequiel 18:20.
“La paga del pecado es la muerte.” Romanos 6:23
Aun cuando Cristo regrese y nos lleve con Él al cielo, por un periodo de mil años, y luego regresemos a esta Tierra recreada a vivir por la eternidad con Dios, aun allí continuaremos siendo seres mortales. El árbol de la vida estará una vez más en medio de la ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén, para continuar alargando nuestras vidas por las edades sin fin de la eternidad. La biblia dice: La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús. Es decir, el mayor regalo que Dios nos ofrece, a través del sacrificio de Su Hijo, es darnos la oportunidad de vivir para siempre. Darnos la dicha y el privilegio de nunca morir. Pero eso no nos hará inmortales, sino que solo nos hará reconocer más y más la dependencia de nuestras vidas de ese don Divino. Satanás, desde el inicio de la historia de este planeta, ha engañado al hombre. Si tú, amigo lector, has creído en este engaño, es mi exhortación para ti, en este momento, que escudriñes más la Palabra. Estoy seguro que Dios te guiará a toda verdad.
Foto tomada de: bigbadtoystore.com