Este pasado fin de semana abrió en las salas de cine de los Estados Unidos la película La Bella y La Bestia, un filme de acción basado en el cuento de hadas del mismo nombre. Con solo tres días en cartelera, se puede prever que la película será todo un éxito. US$170 millones es la modesta cantidad de dinero recaudado en tan solo el fin de semana de estreno, sobrepasando el record previo para películas de corte familiar. Debo confesar que, personalmente, no he visto ni siquiera la versión en dibujos animados de La Bella y la Bestia de 1991. Pero para los que como yo tienen curiosidad por saber de qué se trata el guión de este filme, aquí les pongo una pequeña sinopsis. Según leo, el tema central es la vida de un príncipe egoísta que es maldito por una hechicera, y es convertido en un animal extraño. La única esperanza del príncipe para volver a la normalidad es conseguir una joven que lo ame aun siendo una bestia. Los sirvientes del príncipe fueron convertidos en artefactos del palacio. La bestia conoce a Bella, una hermosa chica, se enamoran, y como todas las historias de Disney, al final todos viven felices para siempre.
Lo que quiero comentar en este artículo, no es tanto la película en sí, si no de lo que la película ha dado para hablar. Esta ha acaparado mucha atención en los medios de comunicación internacionales, no tanto por la calidad de la película, sino por la controversia que ha generado. Esta cinta cuenta con el primer “momento homosexual exclusivo” en una película Disney. Es decir, esta es la primera vez que los Estudios Disney deciden poner un personaje homosexual en sus películas para niños. En un artículo anterior presenté como Disney carga de imágenes sexuales, de manera subliminal, casi todas sus películas (más abajo te dejo el enlace). Pero ellos nunca habían puesto a ningún homosexual en ninguna de ellas, por lo menos no de manera obvia. Al darse a conocer la noticia de la dichosa escena homosexual en La Bella y La Bestia, países como Malasia, donde la homosexualidad es condenada, no tienen claro, al día de hoy, si la presentarán en sus cines o no. En Rusia, el ministerio de cultura permitió a Disney exhibir su película en aquel país, pero con una clasificación de 16 años en adelante.
Ante esta situación, muchos cristianos amantes de Disney echaron un grito al cielo, puesto que pretendían llevar a sus hijos al cine. Sin embargo, otros se pusieron en pie de lucha. El prominente evangelista Franklin Graham, hijo del famoso predicador Billy Graham, llamó a un boicot a dicha cinta de parte de los cristianos. Sitios de internet cristianos han puesto en línea diferentes peticiones para que los cristianos las firmen pidiendo que no se muestre la película. No obstante, la película es prometedora para los Estudios Disney, en lo que ha finanzas se refiere. Obviamente, hay aquellos que piensan que cristianos alarmistas como esos son solo unos fundamentalistas que critican todo. Y que no hay nada de qué preocuparse. Pero la realidad es que, si vemos el asunto más profundamente, de verdad sí hay de qué preocuparse por lo que nuestros hijos ven, tanto en el cine como en la televisión. Para muchos no es un secreto que Disney sí tiene una agenda. Cuando se dio la noticia del momento exclusivo gay en La Bella y La Bestia, Disney colocó una escena en un episodio de los muñequitos Star Vs. the Forces of Evil, donde personas del mismo sexo se besaron. Además de que el director de la película en cuestión dijo claramente:
“El estudio está enviando el mensaje de que esto es normal y natural…y este es un mensaje que será oído en cada país del mundo, aun países donde todavía ser gay es inaceptable socialmente o inclusive ilegal.”
Aquí yo no veo una agenda oculta. Todo se dijo fuerte y claro. Bill Condon, director del filme, también dijo que el personaje gay es uno que está confundido acerca de su sexualidad. ¡Qué coincidencia la de este personaje con la de miles de personas que actualmente están saliendo de dicha confusión! Recientemente leí una noticia de una pareja de madre e hijo que se dieron cuenta de que su sexualidad era la opuesta a la que tenían, y se convirtieron en padre e hija. ¿Suena confuso no? Me explico. La madre decidió convertirse en hombre, y el hijo decidió convertirse en mujer. Es decir, ambos hicieron el cambio a transexuales. A todo esto, el esposo de la mujer que ahora decidió ser hombre, tomó la decisión de permanecer al lado de su ahora esposo que antes era esposa. Según dijo, él se había enamorado de la persona no del sexo. ¿A eso se llama salir de la confusión sexual?
Volviendo al tema de la película de la que estamos hablando, lo sorprendente de todo es que, en las redes sociales he visto comentarios de muchos cristianos que ya fueron a verla. He leído comentarios como los siguientes:
“No le vi nada malo a la película, está muy buena y tiene muchas enseñanzas positivas.”
“La famosa escena de la que todos hablan dura solo dos segundos. Con tal de que tu parpadees ya no la vez. No hay que ser tan extremista.”
Hay que reconocer que Satanás está haciendo un excelente trabajo con nosotros los cristianos. Él nos está llevando a un punto donde ya no le vemos nada de malo a algo malo, solo porque es pequeño o muy breve. Nos está desensibilizando a las cosas de las cuales la biblia habla muy claro al respecto, en este caso el homosexualismo. Nos está haciendo olvidar que la mayor y más exitosa técnica infernal suya es mezclar la verdad con el error, así sea 99% de verdad con 1% de error. Y no quiero decir con esto que la película tenga muchas verdades, de hecho, no solo lo homosexual es lo cuestionable. También debo mencionar que la hechicería es condenada en la biblia; además de la relación de Bella con la Bestia, quien parece un animal salvaje con cuernos y todo.
“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero…” Deuteronomio 18:10
“No te ayuntarás con ningún animal, contaminándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de un animal para ayuntarse con él; es una perversión.” Levítico 18:23
Fuera de la connotación religiosa negativa de la película, también he leído que la violencia que ella tiene no es recomendable para los niños, porque puede dejar una impresión malsana duradera.
En conclusión, cristianos, recordemos que Satanás nunca se presentará a sí mismo como Satanás. Desde el mismo Edén él aprendió a camuflarse. Esos dos segundos en esta película pueden ir muchos años en las mentes de nuestros hijos e influenciarlos de maneras que no nos damos cuenta. Los mensajes subliminales en las películas Disney anteriores duran decimas de segundos. Pasan tan rápido que ni siquiera los vemos conscientemente. Sin embargo, por algo esta compañía los coloca en sus películas. Si mensajes subliminales de decimas de segundos son efectivos, cuanto más no lo serán estos mensajes abiertos con duración de solo dos segundos. ¿Llevarás a tus hijos a ver la película? Eso es decisión tuya. No obstante, te recomiendo que antes de tomar esa decisión la pongas en oración.