Muchos tienen la idea de que el lugar que nosotros hoy llamamos «cielo» (refiriendonos al espacio en el universo donde habita Dios), es un sitio donde los ángeles están eternamente y para siempre cantando el «Aleluya de Handel». Muchos piensan que cuando vayamos al «cielo», solo nos la pasaremos contemplando el rostro de Jesús, como en un eterno extasis. He escuchado a muchas personas decir que será hermoso estar al lado de Cristo por la eternidad y escuchar su voz y que Sus ojos nos miren por las edades sin fin. Ciertamente será hermoso poder compartir con Cristo sin limites por la eternidad, pero lo que hoy nosotros llamamos -cielo- o morada de Dios, es mucho mas que angeles tocando arpas entre las nubes. La biblia nos dice ciertamente que en el -cielo- hay alabanzas hacia Dios, quien tiene su trono en dicho lugar físico del infinito universo (Apocalipsis 4), pero esto no quiere decir que esa es la única función de los ángeles.
El Génesis presenta a los ángeles en constante actividad entre este mundo y el -cielo- Génesis 28:12. Ellos llevan a cabo diferentes registros en los libros celestes, Daniel 7:10. También llevan mensajes a los hijos de Dios, los defienden, asumen forma humana y se deleitan en alabar a Dios en sus propias vidas. La alabanza no es solo de palabras. Claro, eso es solo en lo tocante a la esfera de este mundo, que sin lugar a dudas es solo uno más de los mundos creados por Dios. No solo los ángeles están en constante actividad en aquel lugar, sino que también Dios mismo recibe a sus subditos y se llevan a cabo reuniones universales, Job 1:6; 2:1.
Este lugar que llamamos «cielo», por ser el lugar de la morada del mismo Creador del universo, es asimismo el centro de gobierno de todo lo creado. Desde allí Dios rige con justicia y sustenta todas sus criaturas. En el -cielo- hay un templo o tabernaculo donde Cristo se encuentra a la diestra de Dios, pero esto no quiere decir que Cristo está sentado haciendo nada (como nosotros nos sentamos horas muertas a ver television), no. Cristo Jesús presenta nuestros casos antes su Padre e intercede por nuestra salvación. Cristo tiene una tarea que realizar y la ha venido haciendo desde su ascenso a aquel sitio designado por Dios como su morada. Hebreos 8:1-6
Puesto que la morada de Dios es un lugar santo, ningún hombre corrompido puede estar allí, a menos que sea limpiado de pecado, Isaias 6:1-7; por eso Dios quiere hacer esa obra en mi y en ti, porque Sus planes son trasladar el «cielo» hacia esta tierra. Apocalipsis 21:1-3 Esta tierra será el nuevo lugar del universo desde donde Dios dirigirá todas las cosas, y donde Él morará por las edades interminables con nosotros. Sin embargo, esto no implica que estaremos inactivos o llenos de pereza, o que solo nos la pasaremos alabando a Dios sin cesar o a los pies de Cristo por siempre, no eso tampoco. En este nuevo «cielo» ese no será el caso, sino que como era el plan de Dios original, que el hombre se desarrollara y gozara de una vida plena, así será la vida en aquel porvenir que Dios tiene para nosotros. En aquel nuevo -cielo o lugar para la morada de Dios- (que en realidad será esta antigua tierra, pero restaurada), tendremos una vida tan dinamica como la conocemos hoy, pero claro está, sin la maldición del pecado. Isaias 65:17-25.
El lugar que hoy llamamos «cielo», no es un lugar de pereza y charlataneria, no es un lugar de ocio, o monotona alabanza, sino un verdadero centro de operaciones desde donde Dios gobierna toda su creacion. Un lugar donde se vive en orden, paz y armonía, donde cada quien cumple su función, se deleita en ayudar a los demas y se goza de estar en la presencia de un Dios santo. Así continuará siendo por siempre, y si queremos vivir a en un lugar así, pues debemos irnos acostumbrando aquí a la atmosfera que se respira allí.