Para poder entender cabalmente el ministerio profético de Elena G. White, tenemos que entender bien el tema de la inspiración que tratamos en la primera parte. Ahora, permíteme citar una vez más algunos de los puntos en los cuales nuestra iglesia Adventista es atacada en lo concerniente al don profético en la persona de la sierva del Señor Elena Gould de White.
1.- Se afirma que sus escritos están llenos de errores históricos; O sea, hechos históricos que ella supuestamente escribió siendo inspirada por Dios resultan ser erróneos al compararlos con otros libros de historia sobre el mismo tópico. Como ejemplo, está la vida del reformador Juan Hus, persona sobre quien ella escribió en su libro El Conflicto de los Siglos.
2.- Elena de White fue una plagiaria, es decir, tomó material de otros autores y los usó en sus libros como si fueran sus propios comentarios, engañando así a los lectores.
3.- Ellen G White se contradice a sí misma. En algún libro suyo dice una cosa respecto a algún punto en específico, pero en otro libro o artículo dice algo totalmente opuesto a su declaración anterior.
4.- Se critica el hecho de que la preparación de sus libros estuvo a cargo de otras personas y sus escritos estaban sujetos a revisión.
5.- Los que atacan a Elena de White, dicen que sus visiones no eran más que el producto de ataques epilépticos.
Estos ataques no van en contra de lo que Elena de White escribió o dijo, sino que van dirigidos a su persona y a cómo realizó sus escritos. Comencemos analizando la afirmación acerca de los errores históricos. Permíteme aclarar que cada uno de estos puntos pudiera servir para preparar una entrega completa, así que solo nos limitaremos a dar algunos detalles específicos para esclarecer nuestra posición. Aquellos que sostienen la afirmación de que Elena G. White esta errada en sus datos históricos, lo hacen aun sabiendo que en el caso específico del libro El Conflicto de los Siglos, la Sra. White utilizó varias fuentes de historiadores fidedignos de la época, por ejemplo: El clérigo Presbiteriano Dr. James Aitken Wylie y su libro The History of Protestantism y Jean Henri Merle D`Aubinge, y su libro History of the Reformation of the Sixteen Century, entre otros. Tomemos como ejemplo el capítulo 6 de dicho libro. Veamos uno de los supuestos errores históricos acreditados a la hermana Elena. El capítulo 6 del Conflicto de los Siglos trata la vida de 2 reformadores, Juan Hus y Jerónimo. Elena de White escribió lo siguiente:
“Por aquel entonces llegaron a Praga dos extranjeros procedentes de Inglaterra…comenzaron por atacar públicamente al papa, pero pronto las autoridades los obligaron a guardar silencio; no obstante, como no quisieran abandonar su propósito, recurrieron a otros medios para realizarlo…En una plaza pública dibujaron dos cuadros…uno presentaba la entrada de Cristo en Jerusalén “Manso y sentado sobre un asno y seguido por sus discípulos con túnicas ajadas por las asperezas del camino y descalzos; el otro representaba una procesión pontifical, en la cual se veía al papa adornado con sus ricas vestiduras y con su triple corona, montado en un caballo magnificantemente enjaesado, precedido por clarines y seguido por cardenales y prelados que ostentaban deslumbrantes galas. Encerraban estos dos cuadros todo un sermón que cautivaba la atención de todas las clases sociales…Ninguno dejaba de sacar la moraleja y muchos quedaban hondamente impresionados por el contraste que resultaba entre la mansedumbre de Cristo… y el orgullo y la arrogancia del papa que profesaba servirle…(Hus) alcanzó a darse mejor cuenta del verdadero carácter del papado y con mayor celo denunció el orgullo, la ambición y la corrupción del clero…Algunos disturbios en la universidad de Praga dieron por resultado la separación de centenares de estudiantes alemanes, muchos de los cuales habían recibido de Hus su primer conocimiento de la biblia, y a su regreso esparcieron el evangelio en la tierra de sus padres. Las noticias de la obra hecha en Praga llegaron a Roma y pronto fue citado Hus a compadecer ante el papa. Obedecer habría sido exponerse a una muerte segura. El rey y la reina de Bohemia…dirigieron una solicitud general al pontífice para que le fuera permitido a Hus permanecer en Praga y contestar a Roma por medio de una diputación. En lugar de acceder a la suplica, el papa procedió a juzgar y condenar a Hus, y, por añadidura, declaró la ciudad de Praga en entredicho.
En aquellos tiempos, siempre que se pronunciaba tal sentencia, la alarma era general. Las ceremonias que la acompañaban estaban bien calculadas para producir terror entre el pueblo, que veía en el papa el representante de Dios mismo, y el que tenía las llaves del cielo y del infierno y el poder para invocar juicios temporales lo mismo que espirituales. Creían que las puertas del cielo se cerraban contra los lugares condenados por el entredicho y que entre tanto que el papa no se dignaba levantar la excomunión, los difuntos no podían entrar en la mansión de los bienaventurados…se suspendían todos los servicios religiosos, las iglesias eran clausuradas, las ceremonias de matrimonio se verificaban en los cementerios, a los muertos se les negaba la sepultura en los campos santos…Así pues, valiéndose de medios que influían en la imaginación, procuraba Roma dominar la conciencia de los hombres. La ciudad de Praga se amotinó. Muchos opinaron que Hus tenía la culpa…y exigieron que fuese entregado a la vindicta de Roma. Para que se calmara la tempestad, el reformador se retiró por algún tiempo a su pueblo natal.”
En el 1978 se publicó un artículo acerca del relato histórico que acabamos de leer. Ese artículo fue escrito por el Dr. Ron Graybill, quien trabajara en el General Conference White Estate. Este autor dice que Elena de White erró en sus datos porque no fue el papa quien puso a la ciudad de Praga en entredicho sino algún arzobispo, y que tampoco se clausuraron todas las iglesias. Además dice que no es verdad que Hus dejó la ciudad. Ese mismo autor describe que la Sra. White se refirió al año 1411como el año en que se dio el entredicho a la ciudad de Praga, pero que en la historia encontramos que el entredicho fue en el 1412. Permite decir, querido oyente, que en la cita leída hace un momento la sierva de Dios no da ninguna fecha específica, sino que encontramos la frase “En aquellos tiempos”. Varias fuentes confirman que el entredicho sobre la ciudad de Praga fue puesto por el papa Alexander V quien más tarde fue declarado antipapa, y hay fuertes evidencias de que este papa fuera envenenado por la instigación de su sucesor el papa Juan XXIII. Por ejemplo una fuente creíble dice: Protestas populares siguieron en la ciudad, y Hus, respaldado por el pueblo, se mantenía, ni siquiera cedió una tilde aun después que la ciudad entera fuera puesta bajo un entredicho papal en 1411. Chamber`s Encyclopaedia, A Dictionary of Universal Knoeledge, Vol. VI, p. 1
Cabe resaltar que en este tiempo había tres papas que competían simultáneamente por la supremacía: Baltazar Cossa (Juan XXIII), Angelo Corrario (Gregorio XII) y Pedro de Luna (Benedicto XIII). Estos tres hombres que se creían los sucesores de Pedro se llamaban mutuamente anticristo, hereje, o demonio. Es de interés saber que puesto que habían tres fuerzas contendientes por el mismo puesto, pues puede que la versión de los hechos en cada lado varíe levemente, pero es históricamente correcto el hecho de que fue un papa y no un arzobispo quien puso el entredicho sobre Praga. La historia demuestra que realmente el entredicho dictaminado por el papa en el 1411 no tuvo ningún efecto puesto que Hus recibió apoyo tanto de los reyes como del pueblo, y quizá por eso ciertamente no todas las iglesias cerraron ese año, sin embargo en el 1412, con el segundo entredicho sobre Praga, la medida papal si tuvo un mejor resultado, y aunque debemos repetir que el texto escrito por la Sra. White, no da ninguna fecha en particular.
Ahora bien, no hay que dar muchas vueltas para darse cuenta que discrepancias históricas se dan muy a menudo entre diferentes historiadores y esto es porque diferentes personas pueden tener diferentes percepciones o puntos de vista sobre el mismo hecho, pero si se analizan detenidamente se comprueba que fue lo que sucedió realmente. Aun en la misma biblia podemos encontrar “errores históricos” en libros como los de Samuel, los de los Reyes, Esdras, Nehemías, o las Crónicas y hasta en los 4 evangelios. Pongamos dos ejemplos: En2 Samuel 24:24 David dice: “…sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.” En cambio en 1 Crónicas 21:24,25 David dice: “No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste. Y dio David a Ornán por aquel lugar el peso de seiscientos siclos de oro.” En el Libro de Samuel David pagó 50 siclos de plata. En el 1er libro de Crónicas dice David pagó 600 siclos de oro. Por el contexto (1 Cr. 22:1), vemos que en la era de Ornán fue hecho el templo. David primero compró la era por 50 siclos de plata para levantar un altar y después compró la propiedad en 600 siclos de oro.
Los autores de los evangelios difieren en varios relatos, por ejemplo lo tocante a la resurrección de Cristo. En Mateo 28:2-5 se menciona solo un ángel cerca de la tumba, mientras que en Juan 20: 12 y Lucas 24:4 se mencionan 2.
Algunos cuestionan el hecho de que si Dios inspiró a Elena de White, porque ella tuvo que valerse de otros escritores para presentar el supuesto mensaje de Dios. Permíteme decirte mi amigo, amiga oyente, que aun los escritores bíblicos utilizaron este método para poder presentar el mensaje inspirado. Pongamos un ejemplo. Ve conmigo al libro de Lucas. Lucas 1. Este libro fue escrito por un médico que no tuvo ningún contacto con Jesús. Lucas no fue uno de los 12 discípulos. Lucas fue más bien un seguidor del apóstol Pablo, quien tampoco anduvo con Jesús; y es más, Lucas ni siquiera era judío y por eso su forma literaria de escritura se asemeja más al estilo griego. Dadas todas estas circunstancias, ¿Cómo podría Lucas escribir un libro sobre la vida de alguien que el mismo no conoció? Bueno, comienza a leer conmigo en el verso 1 del capítulo 1 del libro de Lucas. Allí dice:
“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo ensenaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcan bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.”
Nota que es claro que Lucas no vivió lo que va a escribir, sino que se vale de lo que otros vieron y le enseñaron a él, y como él no fue testigo presencial, se valió de la investigación para poder ordenar todos los acontecimientos que le fueron enseñados por otros que sí los vieron con sus ojos. Cualquiera entonces puede desacreditar el tercer evangelio como no inspirado porque el autor tuvo que indagar e investigar quizás en los libros antes escritos o preguntando a otras personas como sucedieron las cosas, pero ese no es el caso. Volvemos a lo mismo que ya hemos dicho varias veces, Dios no inspira verbalmente, sino el pensamiento de sus siervos, y estos se valen de los recursos a su alcance para presentar el mensaje de Dios. Aunque Lucas no conoció a Cristo en persona, el Espíritu Santo lo inspiró a compilar toda la información pertinente a la vida de Cristo aquí en la tierra. Y yo supongo que tú estarás de acuerdo conmigo cuando digo, que el Espíritu Santo no guiaría a Lucas a usar material que no sea de entero crédito. Dios no es un Dios de mentira, sino de verdad, y todo lo que no es correcto es falso. Nosotros creemos que el mismo caso se da en los escritos de la Sra. White.
Quizás alguien pregunta: ¿Pueden los escritores inspirados utilizar material de escritores no inspirados? Esa es una pregunta legítima y encontramos la respuesta en la biblia. La respuesta es sí. Si Dios guía a uno de sus siervos los profetas a tomar palabras de un autor X, puede que esas palabras suenen muy sabias en la boca de sus autores, pero en la boca de los siervos de Dios, esas mismas palabras se convierten en verdades eternas. Pongamos ejemplos: Hechos 17:28. Allí dice:
“Porque en El vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.”
Si no lo sabías, mi amigo, amiga que me escuchas, estas palabras del apóstol Pablo son tomadas de poetas griegos. La primera parte que dice – En él vivimos, nos movemos y somos – viene de una estrofa escrita por Epimenides (Epimendes), un poeta de la isla de Creta; a quien el apóstol también citó en el libro de Tito 1:12, donde dijo:
“Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.”
La segunda parte del texto que dice:-Porque linaje suyo somos- el apóstol Pablo la tomó de otro poeta llamado Aratus (Aratas) quien escribió un poema titulado Phaenomena que trataba de los hechos principales de las ciencias astronomía y meteorología como se conocían en ese entonces. Ese poema comenzaba con una invocación al dios Zeus, decía algo como:
-Desde Zeus partimos y nosotros mortales nunca nos apartamos de él, llenas de Zeus están todas las calles, también todos los mercados de los hombres al igual que el mar y los cielos, todos siempre tenemos necesidad de Zeus, porque linaje suyo somos.-
Claro está que el apóstol Pablo no se estaba refiriendo a Zeus cuando citó estas palabras, sino que tomó lo que era bien conocido para aquellos a quienes se dirigía y lo utilizó como forma de hacerles entender el mensaje de Dios. Y como dije hace un momento, esas palabras habladas por aquel poeta, en boca del apóstol Pablo, llegan a ser la palabra de Dios. Permite aclarar aun más este punto. Cuando tú vas al culto de adoración de tu iglesia, a la hora del sermón usualmente la persona que da paso al predicador o quizás al final del mensaje dice algo como: Vamos a escuchar la palabra de Dios, o después de haber escuchado la palabra de Dios, o algo similar, todos los feligreses están de acuerdo en catalogar lo que se diga desde el pulpito en esa hora como la palabra de Dios, aunque déjame decirte que no siempre la palabra de Dios es la que se predica; sin embargo, mayormente se considera que lo expuesto durante el servicio de adoración es la palabra de Dios. Y el expositor de la misma, durante su discurso pudo haber utilizado alguna anécdota o alguna frase o slogan de la política del momento para reforzar un punto, o inclusive, el predicador pudo hasta hacer un chiste durante el sermón, y al final todos entienden que han escuchado la palabra de Dios, ¿si o no? Eso fue lo que hizo el apóstol Pablo, utilizó lo bien conocido del mundo, para dar a conocer las verdades eternas de Dios no conocidas. ¿Me hago entender? Otro ejemplo lo encontramos en Judas, versos 14, 15.
“De estos también profetizo Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.”
Enoc vivió en el principio de la historia de este planeta de acuerdo con el libro de Génesis. Según los eruditos bíblicos a mediados del siglo primero estaba en circulación entre los judíos un libro no canónico titulado: 1ro de Enoc. Un libro no de inspiración divina, sin embargo, el Espíritu Santo inspiró a Judas a utilizar esa porción de dicho libro. Así que la afirmación de que Elena de White tiene errores históricos en sus libros, como podemos ver, si las analizamos a profundidad no es cierta. Porque así como Dios inspiró a Lucas a investigar datos históricos, a Pablo o Judas a utilizar fuentes no inspiradas por El, también inspiró a su sierva a utilizar fuentes no inspiradas fidedignas de información para darnos a entender el mensaje que Dios dio al mundo durante una parte muy difícil de la historia de esta tierra, es a saber la edad media y mas allá.
Hablemos ahora del segundo punto. El Plagio. Se entiende por plagio cuando un autor utiliza lo escrito por alguien más y lo usa como si fuera propio. Un ejemplo, si yo escribo un libro de ciencias naturales, pero yo no sé nada o se muy poco de esa rama, así que tomo material de un libro ya escrito y no pongo las referencias a dicho libro, entonces estoy plagiando esa información, lo cual me hace responsable ante la justicia por infringir la ley de derecho de autor. Estoy dando la impresión que el material es mío, cuando no lo es, en otras palabras lo estoy robando. Ahora, si yo especifico de donde obtuve la información, pues no es plagio, sino que estoy citando a la persona que escribió el asunto en cuestión. Y esto es muy comúnmente practicado por los escritores en la actualidad. Si lees algún libro te darás cuenta que está lleno de referencias. En la antigüedad no era diferente y como ya hemos visto, los escritores del Nuevo Testamento se valían de escritores o poetas contemporáneos para plasmar ideas expresadas de una forma clara.
En 1981, la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día pidió a un especialista en derechos de autor que estudiara la acusación en contra de la Sra. White. Después de trescientas horas de investigación, este llegó a la conclusión de que “Las obras de la Elena de White no constituyen plagios ni violaciones de los derechos de autor.” (Adventist Review, 17 de septiembre de 1981). Entre las razones que dio, estaban:
1- Sus selecciones permanecieron bien dentro de los límites legales del uso correcto.
2- Elena de White usó los escritos de otros; pero en la manera en que los uso, los convirtió singularmente en suyos, adaptando las selecciones dentro de su propio marco literario.
3- Elena de White motivó a sus lectores a adquirir copias de algunos de los muchos libros que ella usaba, demostrando que no intentó ocultar el hecho de su uso de las fuentes literarias, y que no tuvo intención de defraudar o reemplazar las obras de cualquier otro autor.
4- El hecho de que los libros que usó Ellen White no estaban protegidos por derechos de autor. Además, investigaciones actuales han comprobado que la documentación a la cual recurrió la sierva de Dios, equivale aproximadamente a un 2 por ciento del total de su producción literaria. Lo que indica que sus escritos no están sustentados por los escritos de otros. Es mas en la introducción del libro El Conflicto de los Siglos, ella escribió:
“En algunos casos cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores, sino porque sus palabras resumían adecuadamente el asunto. Y al referir los casos y puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado.”
Elena White claramente nos da una idea de cómo utilizaba sus fuentes literarias. A los autores que citaba, no los citaba como autoridades en el punto en cuestión, sino porque proveían un resumen de lo tratado presentado de un modo preciso y conciso. Lo mismo hacen los estudiantes de término en alguna universidad al presentar sus tesis. Investigan todo lo relacionado a un tema en particular, y luego lo presentan dando todas las referencias utilizadas. Esto deja la segunda acusación contra ella fuera de lugar.
En lo tocante a las contradicciones que supuestamente encontramos en los escritos de la hermana White, por razones de tiempo nos limitaremos a decir lo que ya hemos explicado en la primera parte de este tema: Un profeta puede que tenga un conocimiento propio de un tópico en particular y lo sostenga firmemente hasta que Dios le muestre lo contrario. En aquella ocasión decíamos que los que han sido inspirados por Dios no están exentos de equivocarse en sus convicciones personales. Ellos pueden tener una posición ideológica sobre algún punto en particular hasta que Dios en su infinita sabiduría decide revelarle su verdad al respecto. Como fue el caso del apóstol Pedro quien como buen judío creía que el evangelio era solo para ellos y no los gentiles, sin embargo, Dios le mostró directamente que no hay que hacer acepción de personas. Después de la visión del lienzo lleno de animales, el apóstol dijo:
“Vosotros sabéis cuan abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo.” Y también dijo: “En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.” Hechos 10. Y como ejemplo podemos decir personalmente que en los Testimonios para la Iglesia, no recuerdo si es el tomo I o II, pero en una sección la hermana Elena White dice a un hermano que no siga predicando sobre no consumir la carne de cerdo, y ella dice específicamente que si Dios cree que ese un tema de verdad presente para su pueblo, El se lo mostraría a más personas y no solo a ese hermano. Ahora, en otras citas de sus libros podemos ver claramente el cambio de actitud de la sierva de Dios con relación al consumo de carne de Cerdo. Dios le dio una visión con relación al área de la salud a la luz de Levítico 11, y vemos como entonces ella cambió su punto de opinión por la verdad que Dios le presentó. Dios mi amigo, amiga oyente no se contradice. El ser humano puede equivocarse como lo hizo Pedro, Jonás o Moisés, pero cuando Dios habla pone las cosas como son.
Hablemos ahora acerca del cuarto punto: Los escritos de Elena G. White, fueron preparados por otras personas y estaban sujetos a revisión. En la primera entrega decíamos que Elena White durante su vida escribió más de 5.000 artículos de revistas y 40 libros, pero que en la actualidad hay por lo menos 100 libros suyos que están disponibles en el idioma Inglés. Muchos son compilaciones de sus 50.000 páginas de manuscritos. Muchos han expresado dudas sobre si realmente esos escritos fueron inspirados por Dios, porque la señora White se valía de su esposo para la edición de los libros que iban hacia la imprenta. Luego de la muerte de su esposo, pues ella tuvo otra asistente, ahora mismo se me escapa el nombre, pero una vez se terminaba un libro, este era sujeto a edición y revisión. Permíteme aclarar que editar es simplemente tomar un artículo, en este caso, y eliminar todo lo que no es necesario sin alterar la idea del mismo, a la misma vez se pueden añadir ideas. Los escritores actuales después de terminar de escribir el borrón o borrador que han escrito, lo someten a una casa editora quien hace las correcciones de lugar y se publica el libro.
En la biblia encontramos que el apóstol Pablo se valió de colaboradores a la hora de escribir sus cartas o epístolas, pero veamos un caso similar donde un profeta se vio en la necesidad de valerse totalmente de otra persona para la preparación de su libro. Acompáñame al libro de Jeremías. Vayamos al capítulo 36. Leamos desde el verso 1 hasta el 4.
“1 Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 2 Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. 3 Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado. 4 Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado.” Dios mando a Jeremías a escribir todo lo que se le había revelado, pero el profeta llama a alguien más para que le ayude en la redacción de dicho rollo. Baruc era un escriba letrado, alguien quien sabía escribir bien, como el mismo Jeremías no podía hacerlo, así que el profeta no se creyó capaz de hacer algo que bien podía ser hecho por otra persona más diestra. Pasemos ahora al verso 10. “ Y Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la casa de Jehová, en el aposento de Gemarías..11 Y Micaías, habiendo oído del libro todas las palabras de Jehová, 12 descendió a la casa del rey, al aposento del secretario, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados…13 Y les contó Micaías todas las palabras que había oído cuando Baruc leyó en el libro a oídos del pueblo. 14 Entonces enviaron todos los príncipes a Jehudí… para que dijese a Baruc: Toma el rollo en el que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y vino a ellos. 15 Y le dijeron: Siéntate ahora, y léelo a nosotros. Y se lo leyó Baruc. 16 Cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno se volvió espantado a su compañero, y dijeron a Baruc: Sin duda contaremos al rey todas estas palabras. 17 Preguntaron luego a Baruc, diciendo: Cuéntanos ahora cómo escribiste de boca de Jeremías todas estas palabras. 18 Y Baruc les dijo: El me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro.”
Es claro que Jeremías recurría a su memoria para recordar todos los mensajes que Dios le había dado hasta ese momento y decía a Baruc que tenía que escribir. Las palabras de Jeremías fueron leídas de igual manera en los oídos del rey, el cual al oírlas, quemó el libro en el fuego que ardía delante de él. Por lo cual en el verso 27:
“… vino palabra de Jehová a Jeremías, después que el rey quemó el rollo, las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo: Vuelve a tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras primeras que estaban en el primer rollo que quemó Joacim rey de Judá.” Y el verso 32 dice: “Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.”
Podemos ver claramente que puesto que el libro de Jeremías original escrito por Baruc fue quemado, el profeta tuvo que hacer una segunda edición del mismo, añadiendo más información de la que había en el primero. Lo mismo creemos nosotros sucedió en el caso de la sierva de Dios, la Sra. White. Como todo autor, la obra de edición o revisión de sus escritos era hecha por otra persona más capaz u otra persona que contara con más tiempo. Permite decirte amigo, amiga oyente, que la obra de escribir es una que requiere bastante tiempo.
Por último analicemos brevemente la última acusación que mencionamos al principio. Algunos dicen que las visiones de Elena G. White no eran más que el fruto de ataques epilépticos. El mejor artículo que encontramos al respecto tiene por título:Elena G. de White: ¿Profeta de Dios o epiléptica de lóbulo temporal? Importancia de la herida de la cabeza de la señora Elena G. de White. A continuación voy a resaltar los datos más importantes que encontré en dicho artículo. El médico adventista retirado Molleurus Couperus, es quien de forma más detallada ha analizado el caso de la señora White. Este ha hecho un intento científicamente honesto para explicar cómo fue posible que ella pudiese de buena fe creer que las visiones que tenía eran fruto de la comunicación directa de Dios con ella. Según este doctor, a la luz de la neurobiología actual se puede afirmar con un alto grado de probabilidad que las visiones de la señora Elena G. de White fueron resultado de una actividad eléctrica anormal en su cerebro. El dice que teniendo en cuenta una gran cantidad de casos médicos documentados y analizados, consideramos altamente probable que Elena G. de White tenía sus visiones como producto de ataques complejos parciales enmarcados en la epilepsia de lóbulo temporal. Este doctor presentó su trabajo a 3 insignes neurólogos no adventistas para que lo evaluaran, puesto que entre los neurólogos existen desacuerdos sobre los rasgos de conducta y personalidad que permiten diagnosticar esta enfermedad. Dos de ellos lo avalaron y uno lo descartó.
Resumiendo los hechos esenciales de la herida de Elena desde el punto de vista médico, encontramos lo siguiente:
1.- A la edad de nueve años, Elena recibió una herida en el área nasal del rostro.
2.- Inmediatamente quedo inconsciente.
3.- Sufrió una hemorragia profusa y prolongada
4.- Después de un breve intervalo consciente, perdió el conocimiento otra vez como por tres semanas.
5.- Cuando recobró el conocimiento, no recordaba lo que había sucedido y fue confinada a su cama durante «muchas semanas» y quedó reducida «casi a un esqueleto, a tal punto que su padre que estaba ausente no la reconoció cuando regreso de viaje.
Aparentemente, los médicos que la atendían consideraron la posibilidad de reparar los huesos rotos, sin embargo, decidieron no hacerlo porque su recuperación era improbable. Durante dos años, le fue imposible respirar por la nariz. El largo período de inconsciencia de Elena, y su posterior amnesia en relación con el accidente, indican la gravedad de la lesión en el cerebro. Una pérdida de la memoria por un período mayor de doce horas después del accidente es seguida frecuentemente por el desarrollo de la epilepsia. Se pueden producir ataques epilépticos poco después del accidente, o puede que no se manifieste por muchos años. El tipo más común de epilepsia es la epilepsia del lóbulo temporal.
Más tarde, Elena sólo pudo asistir a la escuela un poquito; y ella dice que «me era casi imposible estudiar y retener lo que había aprendido.» Cuando asistió a la escuela, la mano le temblaba tanto que no podía progresar en su escritura; y cuando estudiaba, dice ella que «las letras del libro se me amontonaban, gruesas gotas de sudor me salían de la frente, y me mareaba y me ponía débil.» Su maestro le aconsejó que dejara la escuela hasta que su salud mejorara, y así lo hizo ella. Tres años más tarde, cuando tenía doce años, intentó ir a la escuela otra vez, pero su salud le falló una vez más y se vio obligada a dejar la escuela de modo permanente. Esto la desanimó mucho. Ella escribió:
«Cuando consideré mis esperanzas fallidas, y el pensamiento de que sería una inválida de por vida, me resistí a aceptar mi suerte y a veces murmuraba contra la providencia de Dios, que de esta manera me afligía.”
Luego en el artículo el doctor procede a enumerar los trastornos psíquicos de la paciente White. Los síntomas que él afirma se manifestaron en ella son: La hiper-religiosidad, o sea el ser muy religioso,Hipergrafíao una sensación de urgencia de escribir, y es muy bien sabido que ella fue una gran de escritora; Repetitividad o repetir varias veces la misma cosa; Elena usa muy a menudo la expresión -me fue mostrado- y al escribir sus visiones ella solía escribir -Vi- , otro síntoma que afirma el doctor Couperus tuvo Elena White fue el Hipermoralismo o la sobriedad y dar múltiples exhortaciones, algo muy típico de ella también. Los testimonios para la iglesia están llenos de cartas de exhortación a muchos hermanos. Además de la Hiposexualidad o poca actividad sexual y pone como ejemplo muchos de los artículos publicados por ella donde exhortaba a los padres a guardar a sus hijos de los malos hábitos como la masturbación, o a esposos que que cayeran en hábitos sexuales degradantes. Estos son algunos de los “trastornos” de Elena. Debo admitir que estos son unos síntomas muy interesantes. No se tu, amigo mío, amiga que escuchas mi voz, pero a mí me parece que esta es una enfermedad mandada a hacer a la medida de Elena G. de White. Nota que el artículo no da por sentado en un 100 por ciento que Elena sufriera esa enfermedad, sino que dice que consideran que hay un alto grado de probabilidad de que haya sido así.
Ok. Supongamos por un momento que este médico tiene razón. Digamos que la Sra. White sufrió de epilepsia del lóbulo temporal, la cual no causa convulsiones sino estados como los que se describen sobre las visiones de ella, que se quedaba con la mirada fija en algo que ella veía pero los demás no. Su respiración disminuía y estaba ajena a todo lo que acontecía a su alrededor. Yo pregunto, ¿Alguna otra persona que ha sufrido de epilepsia del lóbulo temporal ha escrito tantos artículos coherentes, bien intencionados y que inclusive han cambiado la vida de miles de personas? ¿Puede una persona que sufre una enfermedad degenerativa del cerebro, pensar coherentemente y aconsejar, dirigir una obra como el movimiento adventista naciente, y mantener una salud mental buena hasta su misma muerte a los ochenta y tantos años? ¿Cuantos casos de buenos autores puede demostrar la ciencia que han sufrido de esta enfermedad? ¿Como es que en todos sus ataques epilépticos ella solo veía cosas de contenido espiritual que ayudarían a la naciente iglesia y todavía hoy sus escritos sirven de ayuda a una iglesia con una membrecía superior a los 16 millones de personas?
¿Como puede una mujer enferma de la cabeza ser una visionaria que ayudaría a establecer instituciones que a través del tiempo se han ido fortaleciendo por sus mismos consejos y han llegado a ser instituciones de vanguardia, como por ejemplo las casas editoras adventistas y los numerosos hospitales de nuestra denominación? ¿Como una mujer que sufría de una enfermedad cerebral, pudo escribir acontecimientos que sucederían muchísimos años después de su muerte? Y un ejemplo a esta pregunta es que ella escribió que los EE.UU. se unirían una vez más con el papado. Algo que en nuestros días no parece nada particular ni difícil, pero cuando ella lo escribió, basándose en el libro de Apocalipsis, los EE. UU. no eran la nación más poderosa del mundo como lo es hoy, es más, todavía en el viejo oeste los colonos americanos se estaban peleando con los indios. ¿Puede la ciencia dar explicaciones a esto?
Esos síntomas de hipermoralidad, hiperreligiosidad, hiposexualidad, etc, le caerían muy bien a muchísima gente en esta época en que vivimos, ¿No crees? No creemos que las visiones y escritos de Elena de White sean fruto de ataques epilépticos. Aunque si ello fuera fruto de enfermedad como afirman algunos, esto no sería una imposibilidad para Dios para utilizarla en su causa, pues tenemos el caso del apóstol Pablo quien también sufrió una enfermedad en su propio cuerpo y aun así Dios lo uso grandemente para hablar a su pueblo. Pablo escribió:
“Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad, pero lo dejo, para que nadie piense de mi más de lo que en mi ve, u oye de mi. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobre manera, respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mi. Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriare más bien en mis debilidades para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios 12:6-9.
Es obvio que el aguijón al que pablo se refiere es algún tipo de problema visual porque el mismo escribió a los Gálatas: “Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncie el evangelio al principio. Y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Donde pues está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.” Capitulo 4:13-15
La misma Elena G. de White casi cincuenta años más tarde, reflexionando en el Review and Herald (Noviembre 25, 1884) escribió lo siguiente:
«Visité… el lugar donde había sufrido el accidente que me había convertido en inválida de por vida. Esta desgracia, que por un tiempo me pareció tan amarga y tan difícil de sobrellevar, ha demostrado ser una bendición disfrazada. El cruel golpe que frustró los goces terrenos fue el medio para que yo volviera mis ojos al cielo.»
El tiempo se nos acaba, pero quiero concluir diciendo lo siguiente. Es lamentable que dentro de nuestra propia iglesia se presten pastores, eruditos y médicos para desacreditar la obra hecha por la hermana Elena G. de White, quién ayudó a nuestra iglesia en sus inicios y todavía hoy sus escritos son una fuente de conocimiento espiritual valiosísimo para nosotros. Basta con leer cualquiera de sus libros para darse cuenta. Recientemente estuve visitando una iglesia en la Florida, EE.UU. y el pastor que tuvo el sermón, con relación a la Sra. White, se expresó de la siguiente manera: “En todas las iglesias adventistas hay una famosa hermana White que siempre esta opinando en todo.” “Algunos hablan como si Elena estuviera viva.” Esta forma burlona de expresarse lo que hace es minimizar los escritos de la sierva de Dios. Y esa es una triste tendencia en la mayoría de iglesias en los EE. UU. y en otros países alrededor del mundo también. Según una estadística que leí en un libro de publicación adventista, de aquí a no mucho, la gran mayoría de adventistas no creerán en el don profético en nuestra iglesia, y por ende, muchos de los consejos que han mantenido nuestra iglesia libre de la mundanalización hasta cierto punto, ya no serán seguidos por nuestros miembros. Lamentablemente hoy con todo y que todavía hoy sus escritos gozan de popularidad entre nuestras congregaciones, las cosas que se ven en la iglesia pueden sorprender a algunos. Para mí ya no es sorpresa ver a mujeres un sábado en la mañana cantando en el pulpito con una minifalda y las unas pintadas en Miami, o ver toda una banda de instrumentos musicales incluyendo batería y todo en el culto de adoración de la iglesia tocando música rock o ver a una pastora de una iglesia en California con prendas. Pero aquí en la Republica Dominicana eso todavía no se ve y de verlo alarmaría a muchos. Lo mismo sucede en otros países, sin embargo, a medida que un pueblo se va apartando del camino que Dios ha señalado a través de sus mensajeros, la tendencia hacia la apostasía cada vez es mayor. Las normas cristianas se van rebajando paulatinamente hasta que la iglesia llega a ser poco más que un club de entretenimiento para irse a pasarse un rato los sábados en la mañana y sentirse mejor con uno mismo.
Muchos hoy, lamentablemente han aceptado estos ataques contra la sierva de Dios como verdaderos y proponen no continuar utilizando sus escritos en nuestras iglesias. Otros no están seguros en lo que han creído y su fe cambia según la opinión del que esté predicando en el momento.Otros asumen la postura del antiguo rey de Judá que leyó el libro de amonestaciones escrito por Jeremías, una vez oyó lo que decía, hechó el libro en el fuego en desprecio al mensaje y al mensajero y pensó que con eso se acababa el problema, pero la realidad es que no es así. Ignorar voluntariamente los mensajes de Dios a través de sus siervos no excusa el pecado, sino que lo agrava a los ojos de Dios. No es nuevo que a los siervos de Dios se los ataque por su ministerio profético. A Pablo se le acusó de estar loco por la mucha lectura o el mucho escribir. A Micaías el mismo rey lo despreciaba porque nunca profetizaba nada bueno, según él. La evidencia bíblica es clara cuando confirma que Dios también se manifestó en su Sierva en estos últimos días. Podemos claramente sustentar el ministerio profético de Elena G. de White en los ministerios proféticos de los tiempos bíblicos. Finalmente, quiero dejar este texto en tu mente para tu meditación. Josafat, rey de Judá dijo al pueblo: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed en sus profetas y seréis prosperados.” 2 Crónicas 20:20. Que el Señor sea contigo ahora y siempre.