Antes del congreso mundial de la iglesia Adventista del Séptimo Día en julio del 2015, a efectuarse en San Antonio, Texas, EE.UU; Mucho se está diciendo sobre el asunto de la ordenación de la mujer al ministerio pastoral. La Iglesia Adventista del Séptimo Día nunca ha ordenado mujeres al ministerio pastoral desde su fundación a pesar de que varias mujeres se desempeñaron en el cargo de ministros en los comienzos de la obra. El argumento escuchado hoy mayormente es: La biblia ni el Espíritu de profecía hablan al respecto a favor ni en contra. Sin embargo, el asunto está en que muchas veces queremos que la biblia nos diga las cosas literalmente con punto y coma, pero hay ocaciones en que la biblia no habla de esa manera. Es por esto que nuestra posición como iglesia siempre ha sido la de escudriñar Las Escrituras comparando mandamiento sobre mandamiento, precepto sobre precepto, línea sobre línea, un poquito aquí, un poquito allá. Isaías 28:10. Nunca vamos a encontrar en la biblia un pasaje que nos diga que las mujeres no pueden ser ordenadas al ministerio pastoral. El concepto actual de pastores de iglesia no existía en el Antiguo Testamento así como tampoco en el Nuevo. Sin embargo la función que desempeñan los pastores en la iglesia actual es la de líderes espirituales del pueblo de Dios, y de esos si encontramos bastante en la biblia. Es nuestra opinión particular que el ordenamiento de mujeres al ministerio pastoral no es bíblico, y en este articulo, más que presentar argumentos propios o exponer todas las citas de Elena G. de White al respecto, queremos presentar a continuación algunos pasajes bíblicos que nos muestran un principio claro y definido en cuanto al tema en cuestión.
En primer lugar si nos vamos a la misma creación, la biblia presenta que Adán fue creado primero y luego Eva. 1 Timoteo 2:13. Cómo bien se ha dicho, esto en sí mismo no representa una prueba válida para decir que Dios solo encarga su obra ministerial a hombres. En el relato bíblico Dios dijo: -No es bueno que el hombre este solo, le haré ayuda idónea.- Aunque no había supremacía de género antes de la creación, porque esta vino después de la caída como consecuencia del pecado, Génesis 3:16, es claro que Eva fue creada con un propósito, este era ayudar a su marido, ser su compañera, su apoyo. En otras palabras, aunque Adán no era superior a Eva, ella fue creada como complemento de Adán. Por lo tanto, la iniciativa de la formación de un hogar debe iniciarla el hombre. Dios dijo: -Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer.- Génesis 2:24. De ahí en adelante Adán no solo era responsable de sí mismo frente a Dios, sino también de su familia, en este caso Eva. Su responsabilidad abarcaba el bienestar físico como también el espiritual.
En el mismo principio de la historia de la humanidad vemos como Dios dio al hombre una responsabilidad que no dio a la mujer. La orden de Dios: -De todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres ciertamente morirás.- fue dada directamente a Adán. Esto lo sabemos porque la orden fue dada en los versículos 16 y 17 de Génesis capitulo 2, sin embargo Eva no fue creada sino hasta el versículo 21 después que Adán había nombrado todos los animales. No obstante, Eva fue quien se dejó engañar por la serpiente y comió del árbol prohibido transgrediendo el mandamiento de Dios.
Cuando Eva comió del árbol sus ojos no fueron abiertos inmediatamente sino hasta después que Adán también hubo comido del fruto prohibido y en ese momento ambos se dieron cuenta que estaban desnudos. En el momento en que Eva pecó, Dios no vino al huerto. Dios no descendió sino hasta después del pecado de Adán. Y la historia dice que cuando ambos oyeron la voz de Dios en el huerto se escondieron de Su presencia. Dios solo llamó a Adán, no a los dos. Génesis 3:9. El hombre contestó diciendo que estaba desnudo y se escondió por temor. A lo que Dios preguntó -¿Quién te enseñó que estabas desnudo?- La respuesta a esta pregunta fue – La mujer que me diste.- No fue sino hasta que Dios hubo interrogado a Adán primero, que El se volvió para hablar con Eva. Luego Dios maldijo a la serpiente, también maldijo a Eva y por último maldijo a Adán. Si comparamos las maldiciones, nos daremos cuenta que la más terrible cayó sobre este último porque esta maldición no solo lo afectaría a él, sino que también afectaría toda la tierra. Es claro que Adán tenía más responsabilidad que Eva, aun cuando fue ella quien pecó primero. Desde ese momento la biblia enfatiza el hecho que el hombre es el responsable de la conducción espiritual de su familia y como veremos más adelante, también esta responsabilidad pesa sobre él en la conducción del pueblo de Dios. Por esto la biblia dice:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Romanos 5: 12
“Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” 1 Corintios 15:21, 22
Toda la culpa de la historia de pecado en esta tierra cayó sobre Adán, no sobre Eva. El debió haber preservado la permanente comunión con Dios en el paraíso junto con su esposa. Desde aquí encontramos que el hombre fue el responsable de presentarse delante de Dios a favor suyo propio y de los demás. Luego de la caída del hombre encontramos a Caín y a Abel trayendo sus ofrendas delante de Dios. Adán y Eva tenían por lo menos otra hija aparte de ellos dos puesto que Caín después de matar a Abel se unió a una mujer. Sin embargo no encontramos en la historia a ninguna mujer trayendo ofrendas delante de Dios sino a los dos hermanos. Cuando ellos fueron expulsados del Edén, una sociedad patriarcal fue instituida en el mundo como lo vemos en todo el registro sagrado. Enoc caminó con Dios trescientos años. Génesis 5:22. Noé ofreció sacrificios a Dios después del diluvio. Génesis 8:20. Dios llamó a Abraham. Génesis 17:1, 2. Llamó a Isaac. Génesis 25:11. Dios también llamó a Jacob. Génesis 28:13-15. Job era quien intercedía por su familia delante de Dios. Job 1:5. Luego Dios llamó a Moisés y así continua la historia.
Esto nos deja con una de dos ideas; O Dios al principio del mundo era machista, o El delineó un principio que debíamos seguir. Es a saber, el hombre es el responsable de la conducción espiritual de Su pueblo. Nosotros entendemos que esta última es la correcta. Como bien se ha dicho, la mujer era pisoteada y tenida al menos en la sociedad judía, pero al parecer esto comenzó a ocurrir desde el mismo inicio del mundo mucho antes que existiesen los judíos.
Sigamos el curso bíblico. Cuando Dios llamó a Moisés, ¿A quién le puso como su asistente? A Aarón. Éxodo 4:10-17. María hermana de Moisés, quien era profetisa, dirigió a las mujeres en alabanzas a Dios luego del cruce del Mar Rojo. Génesis 15:20. Pero el líder del pueblo era Moisés, ayudado por Aarón. Cuando Dios escogió a una tribu para que ministrase delante de su presencia en el templo, escogió la tribu de Leví, pero no a hombres y a mujeres sino solo los hombres. Números 3:11-13. El verso 15 dice:
“Cuenta los hijos de Leví según las casas de sus padres, por sus familias; contarás todos los varones de un mes arriba.”
En el capítulo 8 de Números vemos la consagración que se hizo a los levitas para ministrar delante de Dios por el pueblo. De entre ellos se escogía al Sumo Sacerdote. Nunca hubo una mujer que ministrara en el santuario. Tampoco hubo una Sumo Sacerdotisa.
Luego de Moisés, Dios llamó a Josué. Josué 1:1, 2. Después de él hubo un periodo donde jueces gobernaron a Israel por tiempos definidos, por eso la palabra dice en Jueces 21:25,
“En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.”
Entre estos jueces estuvo Débora, una profetisa, a quien traían los hijos de Israel sus contiendas. Jueces 4:4,5. Sin embargo, cuando llegó la hora de actuar como pueblo, ella no asumió el liderazgo sino que mandó a llamar, por orden de Dios, a un hombre, Barak. Jueces 4: 6, 7, 14. Luego pasaron por la historia bíblica Gedeón, Jefte, Sansón, y muchos otros jueces, no tan conocidos, pero todos ellos hombres. Más adelante Dios escogió a Samuel para que fuera su profeta y a David como su rey, luego de rechazar a Saúl. La monarquía en Israel fue ejercida por hombres. Solo una mujer ocupó el trono de manera fraudulenta, Atalía. 2 Reyes 11. En 2 Reyes 22:14 leemos:
“Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella.”
Una vez más aparece un profetisa entre el pueblo de Dios, no obstante ella no dirigía al pueblo, sino que servía como instrumento de Dios para mostrar al rey lo que Dios había dicho. En la porción bíblica de los profetas y reyes vemos que Dios llamó a Elías, Eliseo, Isaías, Jeremías, Daniel, Jonás, Amos, Oseas, etc. Pasando al Nuevo Testamento, Dios escogió a Juan el Bautista. En el templo durante la presentación de Jesús encontramos a Ana, otra mujer profeta. Lucas 2: 36-38. Jesús cuando escogió entre los muchos discípulos que le seguían, eligió a 12 hombres. Lucas 6:13. Cuando hubo que escoger al reemplazó de Judas escogieron otro hombre, Matías, quien había estado con ellos como un discípulo desde el comienzo y Dios mismo lo eligió. Hechos 1:21-26. Cuando la iglesia comenzaba a organizarse más allá de Jerusalén, los apóstoles escogieron diáconos para la ocupación de asistencia en la iglesia. Entre ellos Felipe, Nicolás, y Esteban. Hechos 6:1-7. Luego Dios llamó a Pablo directamente y el ministró junto con Silas y Bernabé. La biblia dice:
“Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.” Hechos 21:8, 9.
Aunque la inmensa mayoría de personas que recibieron el don profético en la antigüedad fueron hombres, es claro que también a las mujeres Dios utilizaba mediante su Espíritu. Ahora bien, no podemos decir que las mujeres que ejercieron el don de profecía en la biblia hayan sido las conductoras espirituales del pueblo de Dios, sino que podemos ver que en su debido momento desempeñaron un papel importante en la obra. Pablo llamó al ministerio al joven Timoteo y cuando le exhortó a escoger lideres en la iglesia, el hace referencia como deben de ser estos líderes y se refiere a hombres. 1 Timoteo 3: 2-13 dice:
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer…que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios? Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.”
A Tito el mismo apóstol escribió lo siguiente:
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios.” Tito 1:5-9
Si bien podemos ver que hubo mujeres que fueron usadas por Dios en determinados momentos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, también podemos ver que ellas fueron la excepción, no la regla. El principio bíblico claramente delineado es que son los hombres los que deben estar al frente del pueblo de Dios. Si hay una falta de estos, Dios bien puede utilizar mujeres, pero no es el método a seguir. Algo interesante que podemos mencionar es que todos los libros bíblicos fueron escritos por hombres. Rut y Esther llevan nombres femeninos, pero no está confirmado que mujeres los hayan escrito. Esdras y Samuel son los posibles autores. Entonces, la biblia es un libro machista desde el principio hasta el final o Dios ha permitido que sean hombres los que estén siempre a cargo de la dirección de Su pueblo. Algunos sostienen que hubo una mujer apóstol por lo que dice Romanos 16:7.
“Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.”
La palabra apóstol significa enviado. Sin embargo en la gran comisión que Jesús diera a sus discípulos no se menciona ninguna mujer, sino solo a los once. Mateo 28: 16-20. Marcos 16:14-18. Juan 20:19-25. Además del hecho de que el nombre Junias no es específicamente femenino, y la expresión utilizada por Pablo pudiera denotar que todos los apóstoles apreciaban a Junias y a Andrónico, sin que ellos dos se contaran como apóstoles necesariamente. El único apóstol que no se encontraba con los once cuando fue enviado fue Pablo. El fue llamado por Dios directamente y enviado a los gentiles.
Algunos dicen que Tito 2:1-5 es una buena base para darnos cuenta el papel de la mujer en el ministerio, pero si vemos el contexto no habla de lo que hoy llamamos el ministerio pastoral por ningún lado.
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.”
Aunque Dios ha llamado a los hombres a presentarse delante de El por ellos mismos, sus familias y Su pueblo, las mujeres también han desempeñado un papel importantísimo en la obra de Dios a lo largo de la historia bíblica y en la actualidad. Jesús mismo cuando estuvo en esta tierra dependió del ministerio de varias mujeres que le servían tanto a Él como a sus discípulos. Sin embargo ninguna de estas mujeres fue escogida por Dios para fundar la iglesia. A pesar de esto podemos ver que el ministerio de las mujeres fue y es eficaz para el pueblo de Dios.
“Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.” Romanos 16:1, 2.
“Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.” Filipenses 4:2,3
“Honra a las viudas que en verdad lo son… Más la que en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios, y es diligente en súplicas y oraciones noche y día.” 1 Timoteo 5:3-6
“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.” Hechos 16:14, 15.
“Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.” Colosenses 4:15.
Siguiendo el principio bíblico, nosotros entendemos que Dios da dones a las mujeres que son muy necesarios en Su obra y estas hacen muchas veces el trabajo que los hombres no podemos hacer, sin embargo a través de toda la biblia la enseñanza es clara, Dios siempre ha llamado a hombres a ejercer la guía espiritual de su pueblo, aunque ha utilizado mujeres también en determinados momentos para sostener el liderazgo de algunos hombres. Jesús exaltó el rol de la mujer dentro de la iglesia, pero no con esto cambió el principio que podemos ver en toda la biblia.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día ya ha votado en contra de la ordenación al ministerio pastoral de las mujeres en varias ocasiones. Sin embargo hay una corriente fuerte que ha seguido empujando este asunto a pesar del rechazo recibido varias veces. Inclusive una unión asociación ha decidido ir en contra de lo que la iglesia mundial ha consensado siguiendo la inspiración. Dentro de la iglesia hay mujeres pastoras desde hace tiempo. En esta sesión de julio 2015 se tratará el tema una vez más en Texas. Lo que allí se decida, no debe cambiar nuestra firme posición de seguir a Dios. El descontento entre el pueblo de Dios siempre ha existido, pero recordemos que estamos en esta iglesia no siguiendo a hombres, sino a nuestro Dios.