Diluvio, ¿El Cine o La Biblia?

En el 2014 Hollywood estrenó en las salas de cine la película Noé, que relata de forma fascinante la historia de este personaje bíblico. No hay dudas que lo que sucedió cuando el diluvio fue algo tremendo, un acontecimiento de proporciones apocalípticas, y digno de que se lo considere como una buena historia para el guión de un filme. Sin embargo, lo peligroso de este guión es que se aleja de la realidad del relato bíblico.

No he visto la película todavía, debo decir, pero según lo que he leído al respecto, esta tiene serios errores que, sean intencionales o no, desvían la atención de los espectadores del relato como lo narra la biblia a las fantasías de la pantalla grande.

Algunos de esos errores son: Angeles caídos ayudaron a Noé a preparar el arca; Matusalén era una especie de hechicero; No todos los hijos de Noé entraron con sus esposas el arca; y Noé mismo trató de matar a uno o varios de sus nietos, etc. Tendría que verla yo mismo para confirmar todo esto e inclusive descubrir otros tantos errores que la película puediera tener. No obstante, lo que a mí me interesa en este momento es resaltar lo real de la historia de Noé y como se aplica a nuestros días.

En el Nuevo Testamento Jesús dijo:

“Más como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.” Mateo 24:37-39

Noé predicó el mensaje de un diluvio que vendría sobre la tierra por espacio de ciento veinte años. Pregunto, ¿Fue Noé un terrible predicador mediocre que no consiguió salvar más que a su familia? Ciento veinte años predicando es mucho tiempo. Hoy en día cuando se hace una serie evangelística, a menudo las iglesias quieren que se bauticen personas en la misma primera noche de dicha serie. Hoy las iglesias no quieren esperar mucho tiempo para ver el resultado de sus esfuerzos evangelísticos, sin embargo Noé pasó más de un siglo predicando y aparentemente solo consiguió salvar a los suyos.

Es muy probable que durante todo el tiempo que Noé estuvo predicando, algunos de los antediluvianos creyeran el mensaje y abrazaran la fe de aquel ferviente patriarca, sin embargo murieran antes de que cayera la primera gota de agua o quizas la burla del resto del mundo o «lo ridículo de la idea de un diluvio» los hiciera apartarse de lo que hubieran creido; La gran mayoría de la sociedad de aquel entonces solo se burlaba de Noé porque hablaba de cosas que nunca habían acontecido. Hasta ese momento nunca había caído agua del cielo. La biblia dice que un vapor humectaba la tierra. Genesis 2:5, 6. 

La totalidad de la humanida escuchó el mensaje de este predicador por bastante tiempo, pero escogió no creer que lo que decía era cierto. Aun los animales irracionales vinieron de dos en dos y entraron en el arca. Eso por si solo debió haber sido una terrible amonestación de que en realidad algo podría suceder, pero el ser humano inteligente escogió no creer. Aparentemente toda la predicación de Noé entró en oidos sordos. La señal de los animales causó en la gente una reflexión pasajera quizas. 

Lo mismo sucede en nuestros días. Nosotros los cristianos hablamos de que el mundo se acerca rápidamente a su fin. Lo vemos en las noticias todos los días. De una u otra forma las notas de prensa confirman que el mundo va en picada. Acontecimientos grandes y terribles ocurren en nuestro mundo muy regularmente, sin embargo, la gente de hoy no está más dispuesta a creer lo increíble de lo que estaba la gente en el tiempo de Noé. Quiza el hombre actual se preocupa cuando ven cosas como ataques terroristas, enfermedades como el Ebola, terremotos como el de Nepal, pero estos hechos solo causan un sentimiento de temor pasajero. La gente se olvida rápidamente de los acontecimientos actuales. Pero así como en el tiempo de Noé, algunos hoy creen por un momento el mensaje del retorno de Cristo y se acercan a la iglesia, pero luego de un tiempo se apartan. 

La palabra de Dios dice que Noé entró al arca con su familia y los animales, pero no cayó una sola gota de agua sino hasta despues de una semana. Los habitantes del mundo en aquel entonces siguieron sus vidas rutinarias como siempre sin saber que ya la sentencia estaba echada. Cada caso estaba decidido y no se dieron cuenta hasta que comenzó a llover. En vano trataron de que Noé les abriera la puerta del arca porque Dios mismo la habia cerrado. Ellos trataron de entrar al arca por la fuerza , pero no pudieron, por lo menos ahí la película puede tener algo de verdad. Tristemente, así como fue muy tarde para los antediluvianos aceptar el mensaje de salvación después que la puerta del arca había sido cerrada asímismo será para todos aquellos que esperan hacer su decisión de creer en las promesas de Dios hasta después que la gracia divina haya concluido. La palabra de Dios dice que en un momento que no sabemos, mientras llevemos nuestras vidas cotidianas como de costumbre, Dios desde el cielo dará la sentencia:

«El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.» Apocalipsis 22: 11,12

Lo mismo sucederá en el fin de este mundo, las personas que no acepten la salvación ofrecida por Dios hoy, tampoco entenderán que están perdidas hasta que se vean escondiéndose del rostro del hijo de Dios que vendrá en las nubes de los cielos. Apocalipsis 6:15-17. Esto es algo increíble, como lo fue creer que vendría un diluvio en la antiguedad, pero es verdad.

Sátanas usa películas como esta para desviar la atención de la gente de los hechos reales que Dios ha dejado en Su palabra como amonestación para nosotros. Su plan es hacernos pensar que verdades como esta son solo fantasias como bien sabe hacernos creer Hollywood. 

Hoy es el momento de tomar tu decisión de ser parte del pueblo de Dios y entrar en Su salvación.