En el 2003 visité Zimbabue, un pais que está en la parte sur del continente africano. Mientras estaba por allí tomé un safari para ver los animales en la savana. En aquellos grandes parques nacionales del continente negro, los animales salvajes están en su habitat natural. Situación muy diferente a la que tienen los animales enjaulados de los zoológicos de este lado del mundo. Un animal muy común en Zimbabue es la cebra. Este anda en grandes manadas pastando por doquier. Estoy seguro que has visto una cebra en el zoolígico de tu ciudad. Permíteme preguntarte: ¿Son las cebras animales blancos con rayas negras, o animales negros con rayas blancas? Según Wikipedia, las cebras son animales negros con rayas blancas. Sin embargo, es muy dificil llegar a esa conclusión a simple vista, puesto que las cebras no parecen ni una cosa ni la otra convincentemente. Para muchas personas las cebras son las dos cosas a la vez, mitad negras y mitad blancas, y realmente esto es lo que parece. Esto ilustra el punto que quiero presentarte en este artículo.
Analiza brevemente estas preguntas: ¿Puede una persona ser mitad cristiana y mitad mundana, así como la cebra? O dicho de otra manera, ¿Puede un cristiano ser medio mundano o un mundano ser medio cristiano? Que tal estas otras dos: ¿Puede un hijo de la luz tener un poco de tinieblas? ¿Se puede estar bien con Dios y con el diablo al mismo tiempo? Para estas preguntas Wikipedia no tiene respuesta. Para responderlas debemos ir a la biblia.
En la Palabra se presenta una clara respuesta para cada una de las preguntas formuladas anteriormente. Y esta es la misma respuesta para todas: un No rotundo. En la biblia no hay ambiguedades. La biblia es un libro polarizado: Sé es luz o sé es tinieblas, se recoge o se desparrama, sé es frio o sé es caliente. En ella no se mezcla la luz con las tiniblas. No hay tibiesa que valga. En las Escrituras no encontramos confusión como es el caso de los colores negro y blanco que posee la cebra. Clara y distintivamente podemos ver en ella que hay dos bandos: Está el lado Dios, y en oposición a este, el lado del enemigo de Dios o diablo. Estos dos lados no se mezclan ni se confunden. Automáticamente, el que no está del lado de Dios se coloca a sí mismo del otro lado. No es posible estar bien con los dos lados al mismo tiempo. Dicho de otro modo, no es posible ser medio cristiano o ser medio mundano. Sé es una cosa o la otra. En el caso espiritual no hay término medio. El que está “medio convertido” realmente es un impío completo. Pero hoy, los cristianos pensamos que podemos cambiar las cosas. Una vez alguien me dijo: -Es mejor que la gente esté en la iglesia “media convertida” a que se vaya al mundo. Es mejor un medio cristiano que un impío completo.- Lo triste es que ese concepto, definitivamente, no podemos encontrarlo en la biblia. Jesús dijo en el libro de la Revelación que la tibiesa espiritual es desagradable para Él. Jesús declara que vomitará a aquellos que no están de un lado u otro. Esto nos demuestra que delante de un Dios santo, pretender ser, trae la misma condenación que no ser nada. Tanto el frío como el tibio son rechazados por Dios. El Señor no acepta un corazon dividido. En Mateo 6:24, leemos:
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.”
La persona que es como la cebra, que no se puede definir con seguridad si es cristiana o no, es aquella que quiere vivir en la luz, pero que disfruta también las tinieblas. Aquella que si bien está en las cosas de Dios, por lo menos un par de días a la semana, los otros días está en las cosas del mundo. O también aquella que disfruta las cosas espirituales, pero a la manera del mundo. Sin embargo, la orden de Dios es precisa, todo aquel que ha nacido de nuevo debe andar en novedad de vida. Dejando atrás lo del mundo y encaminandose en las cosas de Dios. Dejando de lado las tinieblas y siguiendo Su luz admirable.
Un mandato Divino que podemos leer en el Antiguo Testamento es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente.” Eso es lo que Dios demanda de nosotros que nos llamamos cristianos en el día de hoy. Dios lo demanda todo. Que no nos quepa la menor duda de que la persona que diga: -Señor yo te voy a dar la mitad de mi corazón, la mitad de mi alma, y la mitad de mi mente;- Dios le contestará: -¿Sabes qué? Quédatelo todo.- Esto porque Dios lo exige todo. Menos que eso no es de Su agrado. Sin embargo, el enemigo de Dios no piensa de esa manera. Satanás solo quiere un poquito de tu corazón, porque si lo tiene, por poquito que sea ese poquito, lo tiene todo. Él sabe que Dios no toma el resto.
Pero da pena que en el cristianismo de hoy en día haya muchos cristianos cebras. Que no sea tan facil definir que son en realidad. La triste verdad es que muchos piensan como la persona que mencioné más arriba, quien me dijo que más vale un “medio cristiano” que un impio completo. Nada mas errado de la verdad que esa declaración. Charles Spurgeon, un predicador bautista del siglo XIX dijo:
“Nadie hace más daño a la iglesia de Dios que un hombre que está dentro de las paredes de la iglesia pero que no vive la vida de la iglesia.”
Tremenda afirmación hecha por este hombre de Dios. Elena de White, fundadora de la iglesia Adventista, también en el siglo XIX escribió:
“Los cristianos a medias son peores que los incrédulos, pues sus palabras engañosas y su posición indecisa, descarrila a muchos. El incrédulo se muestra tal como es, el cristiano tibio engaña a ambas partes, ni es un buen mundano ni un buen cristiano. Satanás lo usa para hacer una obra que ningún otro puede hacer.»
Wow! Teniendo estas dos citas como referencia, podemos decir entonces que un cristiano «a medias” es un instrumento del enemigo, pero del lado de Dios. Me explico, supongamos que las personas de la iglesia ven a un cristiano “a medias”, un cristiano “medio convertido” haciendo algo que no se supone que los cristianos hagan, ¿Cual es su deducción lógica? Lo más probable es que ellos dirán: -Pero si fulano hace eso, yo también lo puedo hacer.- Pongamos el mismo ejemplo pero del otro lado. Las personas del mundo ven a un cristiano “a medias” haciendo lo anteriror y dicen: -Pero si eso es ser cristiano, pues yo también soy cristiano.- O peor aun, a veces dicen: -Por eso es que yo no soy cristiano.- Un cristiano «a medias» es un instrumento de Satanás utilizado para descarriar tanto a los que están dentro de la iglesia, como a los que están fuera. En términos modernos es un infiltrado del lado enemigo, pero dentro de las filas de Dios. Una persona que pretende tener los dos colores, y que a simple vista no se distingue que es, pero que definitivamente si tiene un color dominante. Charles Spurgeon también dijo:
“Creo que una razón por la cual la iglesia de Dios en el tiempo presente tiene tan poca influencia sobre el mundo es porque el mundo tiene mucha influencia sobre la iglesia.»
Tremendo! El dijo esto hace dos siglos. ¿Que tal si el pastor Spurgeon viviera hoy? Me imagino que se sorprendería de lo que el cristianismo ha llegado a ser. Lastimosamente, el cristianismo de hoy en día deja mucho que desear. Definitivamente, ya la iglesia no está teniendo influencia sobre el mundo porque lo contrario es lo que ha ocurrido como bien el dijo. Esto lo podemos ver en la forma de vertir de los cristianos de hoy, en la música que escuchan, en la manera de celebrar los servicio religiosos, en fin, todo lo del mundo se ha metido en la iglesia, así que ya la persona que abandona el mundo, al venir a la iglesia no siente ninguna diferencia, no tiene por qué hacer ningún cambio. Y por eso hay muchas cebras cristianas hoy. Cada vez más la iglesia y el mundo están entremezclandose. Es triste, pero la realidad es que ya la iglesia no cambia el mundo, sino que el mundo está cambiando a la iglesia constantemente. Mira esta otra cita de Elena de White:
“La distancia entre Cristo y Su pueblo está ensanchándose, y la distancia entre Su pueblo y el mundo está disminuyendo.”
Hoy está ocurriendo todo lo contrario a lo que debería ocurrir. Vamos hacia atrás en vez de hacia adelante. En vez de dirigirnos hacia Canaán, nos dirigimos hacia Egipto. Tú y yo tenemos que estar bien claros en este asunto. Sepamos con seguridad que la persona que está en la iglesia con un pie adentro y otro afuera, o mejor dicho, con los dos pies dentro de la iglesia, pero con el corazón afuera, esta persona está haciendo una obra para Satanás que al adversario le place bastante. Ya que sirve para engañar a mucha gente, tanto dentro como fuera de la iglesia. Tú y yo debemos asegurarnos que no estamos siendo como las cebras. Tú y yo debemos asegurarnos que nuestro color es único y que damos a entender a cabalidad quienes somos y de qué lado estamos. Tú y yo debemos colocarnos del lado de Dios, y darle la espalda al mundo y a las cosas del mundo. Recuerda lo que el apóstol Santiago escribió:
“!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” Santiago 4:4.
Si hasta el día de hoy hemos estado jugando a ser cebras dentro de la iglesia o fuera de ella, hoy es el momento para cambiar de actitud. Ahora es el tiempo para dejar de amar las tinieblas y avanzar hacia la luz. Este es un buen momento para dejar nuestra tibiesa espiritual. El profeta Elías pidió al pueblo que se decidiera en el monte Carmelo:
“¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.” 1 Reyes 18:21
Cristo hoy nos hace el mismo llamado: «Ojalá fueses frío o caliente.» Por muy controvertido que suene, Él prefiere vernos en el mundo abiertamente, y no en la iglesia «a medio convertir.» Es preferible estar del otro lado completamente, y reconocerlo, a estar del lado de Dios, pero sirviendo de instrumento para el equipo contrario. Si decimos hoy que somos cristianos, entonces tenemos que ponernos en las manos de Dios, y decidir entregarle todo a Él sin reservas.