En el segundo libro de las Crónicas, en el capítulo 10, encontramos una historia que nos muestra una gran verdad que debemos tener en cuenta en el día de hoy. Allí leemos lo que ocurrió luego de la muerte de Salomón, y el final de su reinado. Por ese entonces, la nación judía aun era nueva, relativamente hablando, al concepto de monarquía. Solo había habido 3 reyes: Saúl, primer rey de Israel, escogido por Dios mismo. Pero, Saúl fue impulsivo, ambicioso, y desobediente a Dios. Por esta razón fue rechazado por este último, mientras aun era rey. David fue escogido también por Dios, en lugar de Saúl. El era un simple pastor de ovejas, y Dios lo llamó, muchos años antes de ungirlo como rey. Aunque este rey cometió muchos errores en su vida, nunca se apartó de los caminos de Jehová. Cuando caía, se levantaba. Es claro en la biblia que su intensión era honrar a Dios en todo cuanto hacía. Ahora bien, luego del largo y prospero reinado de David, en su lugar comenzó a reinar Salomón su hijo, quien, en su juventud buscó a Dios de corazón, y este le concedió una sabiduría extraordinaria que todavía al día de hoy es proverbial. Tristemente en su vejez, Salomón se apartó de los caminos de Dios, y sirvió a dioses ajenos. La biblia dice:
“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.”
1 Reyes 11:1-4
Por esta razón, Dios decidió quitarle el reinado completamente a la descendencia de Salomón, así como lo hizo con Saúl. Sin embargo, por amor a David, sus descendientes tendrían por lo menos una tribu sobre la cual reinar. Este es el segundo caso en la biblia, que encuentro, en que Dios hace algo por alguien, pensando en alguien más. El primer caso está en el Génesis. La biblia dice que cuando Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra, Él sacó fuera a Lot, por amor a Abraham. Génesis 19:29. En el caso de Salomón, Dios le dijo:
“Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo. Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido.” 1 Reyes 11:11-13
Lo mismo que pasó con Saúl, pasó también con Salomón. Mientras Saúl reinaba, Dios escogió a David para sucederle. Cosa que incomodó a Saúl, y procuró matar a David hasta el último día de su vida. De la misma manera, mientras Salomón era rey, Dios escogió a Jeroboam, a quien Salomón trató de matar también. En este contexto histórico y profético, comenzó a reinar Roboam, hijo de Salomón. La biblia dice:
“Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se había reunido todo Israel para hacerlo rey. Y cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde había huido a causa del rey Salomón, volvió de Egipto. Y enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel, y hablaron a Roboam, diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo; ahora alivia algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos.” 2 Crónicas 10:1-4
El relato bíblico narra que Roboam pidió al pueblo un lapso de tres días para consultar su pedido. Tiempo durante el cual, habló con los ancianos que habían sido consejeros de su padre. Estos hombres de estado le ofrecieron un sabio y valioso consejo. Roboam también buscó consejo de sus amigos de infancia. Los cuales le dieron un consejo carente de toda sabiduría y cordura. Tristemente para él, tomar el consejo de sus amigos, y desechar el consejo de los hombres de experiencia, fue el mayor error de su vida. El resto ya es historia. Todo Israel se sintió ofendido por la actitud dura y malcriada del rey, y decidieron colocar por rey a Jeroboam, quien había servido como oficial de Salomón. Así se cumplió la palabra de Dios dicha a Salomón mientras aun vivía. Esto demuestra que la palabra de Dios es poderosa, y lo que está profetizado debe cumplirse. Dios declara:
“Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:11
En nuestros días muchos dudan si las profecías escritas en la biblia se cumplirán al pie de la letra como está escrito. Pero, esta historia nos ilustra que, sin lugar a dudas, cuando Dios profetiza una cosa, así sucede. La desobediencia de Salomón tuvo sus tristes resultados. El amor de Dios por Su siervo David no impidió que se ejecutara la sentencia que Él había declarado. La biblia dice en 2 Crónicas 10:15,
“(Roboam) no escuchó al pueblo, porque la causa era de Dios, para que Jehová cumpliera la palabra que había hablado por Ahias silonita a Jeroboam, hijo de Nabat.”
Sería bueno que nosotros prestemos atención a todo lo acontecido en este relato. Aun narrado de manera breve en este artículo, sería muy conveniente que pongamos especial interés en cada uno de los personajes involucrados. También sería bueno que analicemos cada una de las vidas de estos individuos, para que aprendamos las lecciones que nos dejan, y no cometamos los mismos errores que ellos. Pero más que nada, esta narración nos enseña, de manera contundente, que lo que Dios ha dicho que hará, Él lo hará. Así que sería provechoso que comenzáramos a creer plenamente en Su palabra.
Foto tomada de: latinmoney.net